En el marco del cuarto encuentro del Foro Universitario del Futuro, impulsado por la Jefatura de Gabinete de Ministros y en acuerdo, en esta ocasión, con el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), referentes de la Universidad Nacional de Hurlingham (UNAHUR), la Universidad Nacional de Moreno (UNM) y la Universidad Nacional de José C. Paz (UNPAZ) debatieron sobre el porvenir de la educación como derecho. Entre los principales oradores, estuvo el ex ministro de educación de la Nación, Alberto Sileoni.

La secretaria académica de la UNAHUR, Lic. Lizzie Wanger, fue la encargada de presentar el intercambio que se transmitió en vivo por Youtube el pasado 30 de octubre de 2020. “Este Foro –introdujo– tiene el objetivo de articular la investigación universitaria con algunas áreas estratégicas del desarrollo de la Argentina y busca potenciar la relación entre el conocimiento académico y los lineamientos de las políticas públicas”. En particular, se refirió al contenido del cuarto encuentro del Foro: “La pandemia visibiliza problemas del campo educativo que no son nuevos. Este encuentro busca ideas, reflexiones y aportes para pensar el futuro de nuestra educación y sus múltiples desafíos, tensiones y deudas, pero también el futuro de nuestra patria que se construye sobre los pilares de la educación”.

Sileoni, flamante director de la Maestría en Política Educativa de la UNAHUR, inauguró el intercambio con una frase que marcaría el tono de su exposición: “El porvenir es una moneda en el aire: está abierto y debemos escribirlo”. En ese mismo sentido, advirtió que “no habrá magia” y que la posibilidad de construir un porvenir mejor requiere del trabajado esforzado de un campo nacional y popular que debe permanecer unido.

El ex titular de la cartera educativa postuló una polémica en torno a dos conceptos de gran actualidad: pospandemia continuidad pedagógica. Con respecto al primero de ellos, señaló: “Antes parecía que llegaría un día en que, como con una raya imaginaria, la pandemia iba a quedar atrás definitivamente. No parece que esto vaya a ocurrir. Provocativamente podríamos decir que la escuela de 2019 se murió o, al menos, que ya no existe tal como la conocíamos”. Enseguida se refirió a la continuidad pedagógica: “Si bien es un concepto que en clave política es útil para transmitir la idea de un Estado que continúa activo –alertó–, es importante que no esconda que la situación educativa es bastante dramática”.

La proactividad y la inserción territorial son dos de los requisitos que Sileoni consideró fundamentales para el éxito de las políticas públicas. “El Estado tiene que ir a buscar a quienes se fueron de la escuela”, señaló.  La misma consigna regiría para las instituciones universitarias. Esta enorme tarea debe realizarse, evaluó, en un escenario marcado por las deudas que dejaron cuatro años de neoliberalismo.

Sileoni también hizo hincapié en una paradoja que el sistema educativo aún no pudo dejar atrás: “Mientras los estudiantes se conciben como sujetos de derecho, la institución escuela no termina de incorporar la educación como derecho”. También advirtió que el reparto de bolsones de alimentos no puede postergar la tarea específica de la escuela, que es “la única institución a la que la sociedad encomienda la transmisión de conocimiento”. Por otra parte, llamó a no descuidar la importancia de la afectividad ni el rigor del conocimiento: “También ahí se juega la dignidad de los que menos tienen”.

El ex ministro cerró su intervención con un mensaje esperanzador: “Los educadores tenemos simpatía por el mundo que viene; no estamos transmitiendo la desolación. Es duro el panorama argentino, pero podemos cambiarlo y tenemos con qué”.

A continuación, tomó la palabra la Lic. en Educación Lucía Romero, coordinadora vicedecana del área de Educación del Departamento de Humanidades y Ciencias Sociales de la UNM. “El mayor desafío que tenemos –planteó– es repensar este sistema educativo a partir de la construcción comunitaria de la resolución de los problemas”. Con la mira en ese objetivo, convocó a que se respete lo diverso en un sistema federal: “Debe existir flexibilidad en las estrategias de intervención didáctico-pedagógica”. En este punto, remarcó el rol de las universidades en la investigación y producción de datos que ayuden a pensar nuevas estrategias.

Luego de llamar a recuperar políticas de conectividad, indicó que las escuelas deben seguir trabajando para fortalecer el trabajo en equipo: “Para aprender mejor, es necesario rever contenidos en conjunto e interdisciplinariamente”.

La Lic. en Ciencias de la Educación Silvia Storino, vicerrectora de la UNPAZ, fue la responsable de la última presentación. “Quiero rescatar los esfuerzos realizados por comunidades, familias y Estado para conseguir una continuidad pedagógica”, introdujo. Y enseguida añadió: “La pandemia no debería provocar una ruptura con respecto a las tradiciones democráticas y convicciones políticas que nos hacen seguir peleando con nuevas herramientas e ideas”.

Storino se detuvo en el análisis de rasgos preocupantes de la sociedad actual, sobre todo en las amenazas a los sistemas democráticos de América Latina. “Si el virus atacó a la humanidad –reflexionó–, más que nunca la educación debería afianzar lo común. Puede ser un buen incentivo para concretar una experiencia compartida que requiere de políticas educativas. La educación debe defender la vida y esta casa común”. Tal como lo había hecho Sileoni, decidió concluir con un mensaje optimista: “Si hay algo que pelea contra la muerte, es la esperanza de quienes aprenden y enseñan”.

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