Este 25 de junio, en el marco del Tercer Encuentro Internacional de Educación Histórica e Historia de la Educación, Iván Orbuch, docente de la Universidad Nacional de Hurlingham (UNAHUR) presenta su trabajo sobre la difusión de la cultura física durante los primeros dos gobiernos peronistas. Compartimos aquí una síntesis de esa investigación, que, como sostiene su autor, “sirve para pensar que el pasado siempre se dirime en el presente”.

En Argentina, entre los años 1946 y 1955, existió una decidida intención de difundir las políticas desplegadas en materia de cultura física. Dado que el discurso oficial sostenía que los pueblos desarrollados y civilizados eran quienes fomentaban ese aspecto, su divulgación cumplió un destacado papel en la reputación internacional del país. Esto se hizo visible en la publicación de revistas destinadas al exterior, incluso en idiomas extranjeros. De ese modo, los esfuerzos estatales fueron reconocidos en los países vecinos, lo que significó un logro propagandístico para el gobierno peronista, que sacaría un amplio provecho de este tipo de espaldarazos a las políticas efectuadas en este campo.

En los años en que Juan Domingo Perón fue dos veces electo presidente de manera democrática, la preocupación por el desarrollo de una cultura física destinada a toda la sociedad se tornó prioritaria, principalmente porque la entronizó a la par de otras manifestaciones culturales de mayor arraigo en el imaginario social nacional. En esa dirección, en el Segundo Plan Quinquenal esbozado y planificado por el gobierno peronista puede leerse que la cultura física se encontraba en la selección realizada por los funcionarios encargados de la planificación estatal a la par de la cultura literaria, científica, artística, tradicional, histórica, cívica y del patrimonio cultural. Esta consideración es indicativa de su nuevo lugar protagónico y de su transformación en una poderosa razón de Estado.

Autores como Claudio Panella (1996) y Valeria Manzano (2001) han puesto de relieve dos estrategias que adoptó el gobierno peronista para extender su influencia allende las fronteras argentinas con el propósito de disputar la supremacía continental con Estados Unidos, quien luego de la Segunda Guerra Mundial volcó ingentes esfuerzos a tales fines. La primera de ellas fue el impulso dado por la Central General de Trabajadores de la República Argentina a la formación de la Agrupación de Trabajadores Latinoamericanos Sindicalistas (ATLAS) en 1952. La segunda, la masiva producción cinematográfica argentina difundida en todo el continente como parte de las estrategias de confrontación cultural con la potencia de América de Norte.

La cultura física se encontraba a la par de la cultura literaria, científica, artística, tradicional, histórica, cívica y del patrimonio cultural.

La difusión de los éxitos deportivos argentinos jugó otro papel relevante respecto a sus funcionalidades y contribuyó a poner de manifiesto ciertas características presentes en la cultura norteamericana, como sus políticas imperialistas respecto a América Latina. Una serie de publicaciones impulsadas por el Estado nacional y distribuidas en numerosos países del mundo dan cuenta del planteo mencionado: Verdad para Latinoamérica desde Buenos Aires, Síntesis del Deporte Argentino, Aquí Buenos Aires –publicación del S.I.R.A–. Todas ellas serían ventanas privilegiadas para describir la propaganda efectuada por el gobierno peronista respecto a los logros deportivos, y cómo estos fueron pensados como parte de la construcción que el gobierno liderado por Perón realizó de la Argentina: un país moderno, tolerante y civilizado, a tono con los más desarrollados del planeta. Por un tema de espacio, se analizará solo Verdad para Latinoamérica desde Buenos Aires.

Destinada a la mayor parte de América, fue pergeñada en la capital argentina e impresa en los talleres Peuser desde junio de 1952, como parte del contrapeso que intentó efectuar el primer peronismo respecto de la política exterior estadounidense hacia el continente. La revista se planteó como un magazine informativo con diversos temas, con la finalidad de llegar a la más amplia variedad de lectores.

Los deportes ocuparon más espacio gráfico y visual que las noticias internacionales, gremiales, científicas o vinculadas a las industrias, a la economía y a las diversas políticas implementadas. Significativo, y avalando la hipótesis presentada, es que la mayor parte de las informaciones brindadas en la sección mencionada son de origen argentino y se refieren a éxitos resonantes de diversos deportistas por el mundo entero. De acuerdo con la interpretación de Mara Glozman (2019), la revista fue parte de un dispositivo creado para disputar la orientación de la construcción política y cultural de América Latina.

Un análisis cuantitativo demuestra que, sobre las 48 páginas que habitualmente tenía la publicación, la mayoría estaba dedicada a los deportes y a enfrentamientos directos entre deportistas argentinos y estadounidenses. Por caso, pueden encontrarse en el número 10, de abril de 1953, fotografías del fondista Delfo Cabrera, del boxeador Eduardo Lausse noqueando a su par oriundo de Estados Unidos. La nota Un mago aplaude a sus rivales, de toda una página, hace referencia al campeón argentino de billar Ezequiel Navarro (imagen 1). “Prestidigitador y caballero del taco, se entusiasma cuando el rival juega bien y lo aplaude con ganas”, (1953: 42) se lee en el epígrafe de la foto.

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1. Navarro posando, Verdad para Latinoamérica desde Buenos Aires, n° 10, 1953.

La imagen muestra un hombre moderno, elegante y sofisticado. Pero también esa persona tenía conductas justas, solidarias y elogiaba sin problemas los méritos del rival. Como se aprecia, hay ribetes morales en esas acciones. El informe menciona, además, que Navarro jugó en el año 1949 con el campeón mundial, el estadounidense Willie Hope, a quien venció sin mayor esfuerzo. En un momento del partido, el jugador argentino lo felicitó calurosamente luego de una gran jugada. Hoper pensó que lo estaba cargando, pero pronto se dio cuenta que “el muchacho argentino le tenía genuina admiración” (1953: 44). Sin dudas, se trataba de dos estilos enfrentados, no solo deportivos, sino culturales, algo que la publicación en sus distintos números se encargaría de repetir.

Otro enfrentamiento directo entre argentinos y norteamericanos fue analizado en el número 13 de esta revista (junio de 1953). En un torneo triangular de boxeo disputado en Buenos Aires entre el equipo estadounidense Amateur Athletic Union y los conjuntos argentinos Ciudad de Buenos Aires y Guantes de Oro, se puso de manifiesto el enfrentamiento entre dos posturas totalmente disímiles. Por un lado, la de los argentinos, “valiente y franca, con la base de una mejor capacidad física, de mayor aliento, de más fondo” (1953: 41). Por la otra, la adoptada por los púgiles estadounidenses, quienes demostraron ser más apegados a las normas y a los tradicionales preceptos. Ante los embates de los argentinos (Imagen N° 2) y las dificultades consiguientes, los visitantes no “tuvieron contingencia subitánea” (ibíd.). En su parte final, la comenta que en breve habría una retribución de la visita efectuada por los deportistas estadounidenses, y sería el turno de preparar las maletas para los argentinos, quienes ratificarían esa superioridad que a veces puede objetarse si se produce de local.

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2. Boxeador argentino derriba a estadounidense, Verdad para Latinoamérica desde Buenos Aires, n° 13, 1953.

La revista hacía referencia recurrentemente a que la posesión de cultura física era un atributo de los pueblos civilizados. Esta semblanza aparecida en una publicación que llegaba a toda América, incluyendo Estados Unidos donde se vendía a 0,25 céntimos de dólar, fue reveladora de las diferencias que se buscaba explicitar y exacerbar: el pueblo valiente, creativo, capaz de reaccionar a la adversidad era el argentino; mientras que el estadounidense parecía representar el polo opuesto: cobarde, sin templanza para revertir un desfavorable resultado, carente de inventiva y amor propio y sin capacidad de reacción. La citada caracterización era usual en diversas noticias vinculadas al deporte que aparecían en los periódicos de la época, donde también se contraponía a Estados Unidos la idea de una Argentina abierta a todas las culturas, religiones y etnias.

El pueblo valiente, creativo, capaz de reaccionar a la adversidad era el argentino; mientras que el estadounidense parecía representar el polo opuesto.

El número 15 de la revista (septiembre de 1953) continuó otorgando un lugar protagónico a los deportistas argentinos por sobre sus pares latinoamericanos. Si bien aparecen noticias de deportistas de otros países, como el caso de Willi Miranda, un beisbolista cubano que jugaba en Los Yanquis de Estados Unidos, esas ocasiones eran minoritarias en relación con el cedido a deportistas argentinos. Como ejemplo de esta aseveración, en el número mencionado una nota de dos páginas y tres fotos inaugura la sección de deportes: Se observa a Enrique Morea, destacado jugador de tenis, quien realizó una “temporada triunfal en los courts mundiales” (1953: 38), y a los dos futbolistas argentinos más populares –Ángel Labruna y Alfredo Di Stéfano–. La nota llevó como título “La Atenas de Sudamérica” y hacía referencia a la relevancia que Argentina, en general, y Buenos Aires, en particular, en tanto sede de numerosas justas y eventos, tuvo en el concierto internacional de las naciones en lo concerniente a los deportes.

También se elogiaba a diversos nombres de automovilistas como Juan Manuel Fangio o Froilán González, tenistas como el mencionado Enrique Morea o Mary Terán de Weiss, jugadores de golf como Roberto De Vicenzo y Antonio Cerdá, y un significativo número de boxeadores. “No sólo los mejores deportistas del subcontinente hoy son argentinos, sino que los que son de otros países visitan con frecuencia la urbe rioplatense” (1953: 38), donde eran seducidos por la política estatal hacia el deporte, normalmente infrecuente en sus lugares de origen.

El fútbol, al ser el deporte más popular, tanto en Argentina como en el resto de los países, fue destinatario de la mitad de la nota. Con un subtítulo que decía “Los ases más cotizados”, el fragmento se explayó sobre las bondades del fútbol disputado en el país. “Actualmente el fútbol argentino, juntamente con el de otros países sudamericanos, puede dar –y las da– lecciones al mundo entero. Las victorias sobre Inglaterra y España en la presente temporada lo han demostrado de un modo incuestionable” (1953: 39).

La publicación buscaba posicionar al país como un sitio donde se vivía de manera digna.

La nota subrayó que los jugadores británicos quedaron maravillados de sus pares argentinos a su retorno a Londres, no solo por el vistoso juego del que fueron víctimas, sino por las condiciones de vida que llevaban en el país sudamericano. La publicación de los elogios respecto al modo de vida característico argentino buscaba posicionar al país como un sitio donde se vivía de manera digna y las personas no tenían que estar preocupándose por las vicisitudes de la vida cotidiana.

Como se aprecia, las entradas económicas constituían una demostración del rol desplegado por el Estado, con vistas a fomentar la participación de la mayor cantidad posible de espectadores como parte del derecho ciudadano al ocio y al esparcimiento (consagrados por la Constitución de 1949 y cumplimentados por un activo rol estatal como estrategia de ampliación de derechos ciudadanos). Pero también propaganda respecto a las bondades vividas en Argentina, y supuestamente experimentadas por todos los ciudadanos que poblaban su territorio.

En 2021, puede sorprender que, entre 1946 y 1955, nuestro país haya tenido un proyecto de liderazgo regional, en el que diversas manifestaciones culturales como el cine, la organización sindical de los trabajadores y la cultura física fueron utilizadas para disputar ese sitio a los Estados Unidos, ganador a todas luces de esa pugna simbólica. Lo cual demuestra, una vez más, que el destino de los pueblos no está escrito, y que somos nosotros y nosotras, en tanto actores sociales, quienes decidimos sobre nuestro devenir histórico. Esto no significa desconocer lo que significa ser parte de un país desigual y fragmentado, pero otorga pistas para entender cómo fue que empezamos a serlo de manera más clara. A lo largo de la historia argentina, hubo escasas ocasiones en los que un modelo industrializador, con altos salarios y escaso desempleo, fue la norma. El lapso indagado en esta breve presentación fue uno de ellos.

Bibliografía

Glozman, M. (2019). “La revista Verdad para Latinoamérica (1952-1953). Prensa, política y circulación del discurso”. En Panella, C., Korn, G. Ideas y debates para la nueva Argentina. Revistas culturales y políticas del peronismo (1946-1955).

Manzano, V. (2001). “Representaciones del mundo del trabajo en el cine argentino, 1935-1946”. En VIII Jornadas Interescuelas y Departamentos de Historia.

Panella, C. (1996). Perón y ATLAS. Historia de una central latinoamericana de trabajadores inspirada en los ideales del justicialismo. Buenos Aires: Vinciguerra.

Revista Resumen Deportivo de 1952 (1953). Buenos Aires: Argentina.

Revista Verdad para Latinoamérica desde Buenos Aires. (1952-1953). Buenos Aires: Argentina.

Segundo Plan Quinquenal de la Nación Argentina. (1953). Buenos Aires: Secretaría Técnica.

[*] Por Iván Orbuch: investigador y docente de Historia de la Educación y la Educación Física en el Profesorado Universitario en Educación Física (UNAHUR). El trabajo presentado en el Tercer Encuentro Internacional de Educación Histórica e Historia de la Educación: la educación como campo de conocimiento. Homenaje a Joan Pagés lleva el título “Estrategias internacionales de difusión de la cultura física. El caso argentino entre 1946 y 1955”.