Ariel Sadrán (24) es estudiante de tercer año de la Tecnicatura Universitaria en Informática y trabajador no docente de la Universidad Nacional de Hurlingham (UNAHUR). “Conozco la Universidad como estudiante y también el detrás de escena”, dice.

En el primer cuatrimestre de 2018, Sadrán llegó a la UNAHUR por recomendación de su novia, que cursa el Profesorado Universitario de Letras en la misma institución. El estudiante había cursado Ingeniería en Sistemas en otra Universidad pública de la Ciudad de Buenos Aires, pero la experiencia no le había resultado satisfactoria.

Sadrán vive en Villa Udaondo, en el límite entre Ituzaingó y Hurlingham. “La proximidad fue otro factor que consideré cuando me anoté en la UNAHUR”, explica. Además, valora otro tipo de cercanía: “La verdad es que me siento muy cómodo y acompañado. Las autoridades siempre estuvieron cerca y el director Fernando Puricelli siempre estuvo a nuestra disposición”.

El estudiante y trabajador no docente pasa todo el día en la UNAHUR. Mientras cursaba la carrera, le llegó una propuesta del jefe de Infraestructura. “En ese momento –cuenta Sadrán–, yo no tenía trabajo y lo necesitaba. Mis tareas tienen que ver con la infraestructura informática: cableado de redes; servicio técnico para computadoras, impresoras; actualización de software; instalación de nuevos programas; servicio de Internet, etc.”. Si bien la Tecnicatura que cursa en la Universidad está orientada al desarrollo de software, esta tarea le permitió a Sadrán una primera aproximación al ámbito laboral vinculado con la informática”.

Sadrán, por otra parte, conoce muchos aspectos que son necesarios para el funcionamiento de cualquier institución universitaria y que al resto de los estudiantes se les presentan ya resueltos. “Hay un buen clima de trabajo en todos las áreas. El área en la que me desempeño es transversal a todas. Puedo trabajar en cualquier sector: desde la Secretaría Académica hasta la oficina del rector. Conozco mucha gente y eso está bueno”.

El año pasado, el estudiante sumó una nueva actividad en la UNAHUR: concursó como alumno asistente para la materia Introducción a la Programación. “Es un trabajo intenso –dice–. Tuve que aflojar un poco el ritmo de la cursada, pero era una propuesta interesante”. Cualquiera que se adentró en el mundo de la informática, sabe que puede pasar muchas horas intentando resolver distintos obstáculos que necesariamente van a presentarse. Para Sadrán, estas dificultades que experimenta en carne propia fueron una motivación para ayudar a sus compañeros y compañeras desde el lugar de alumno asistente: “Siempre me gustó dar una mano. Si estuve un tiempo trabado con algo y escucho que alguien tiene el mismo problema, no me gusta quedarme con esa información. Quizá con un cambio sutil se le hace ganar una hora a alguien”. En un futuro cercano, el estudiante quisiera desempeñarse en el campo de desarrollo de software.

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