Durante 2022, a 40 años del inicio de la Guerra de Malvinas, la Universidad Nacional de Hurlingham (UNAHUR) realizó diferentes actividades para homenajear a los combatientes y caídos. Compartimos una selección de testimonios de los veteranos Sergio Novarin –presidente del Centro de Veteranos de Hurlingham–, Oscar Conti –vicepresidente y socio fundador del Centro de Veteranos de Hurlingham– y Fabián Abraham –coordinador del museo de Malvinas de Hurlingham–, que formaron parte del documental sonoro “A 40 años de la Guerra de Malvinas” producido por Radio UNAHUR.

Sergio Novarin (SN): “Yo estaba haciendo el servicio militar. Todavía no había salido de baja. El 2 de abril nos enteramos de la toma de Malvinas, y fuimos al Regimiento VI de Infantería. Estábamos cumpliendo el Servicio Militar Obligatorio, así que nosotros estábamos bajo bandera, cumpliendo una directiva civil, que todos los habitantes tenían que cumplir cuando llegaban a los 18 años” (…) Estuve en el aeropuerto, afuera del pueblo. Estábamos rodeados, en un lugar donde el enemigo siempre bombardeó mucho”.

Oscar Conti (OC): “Yo fui a Malvinas con la Compañía de Comunicaciones 10 y llegué el 14 de abril. Estuve hasta la fecha de la rendición, que fue el 14 de julio. No fue rendición… Fue un alto al fuego que todavía sigue vigente. El conflicto de Malvinas todavía no se resolvió. Estuvimos 4, 5 días más en Malvinas, hasta que nos embarcaron y nos trajeron de nuevo al continente”.

Fabián Abraham (FA): “Cuando nos dan de baja como soldados, me acuerdo que, al principio, el 24 de marzo y el 2 de abril estaban muy relacionados, juntitos. Entonces, no te veían como un soldado conscripto, te veían como un milico que había asesinado y había torturado y que había exterminado a un propio par tuyo. Fue muy difícil insertarse en la sociedad no solo porque la gente no entendía, sino por todo lo que también había pasado: el abandono de personas no fue solamente eso; que la gente no entendiera que un soldado conscripto no era un milico fue difícil. Con el tiempo, empezamos a entender, a trabajar juntos”.

SN: “Estuvimos prisioneros, primero en el aeropuerto, después nos llevaron a los galpones. Hasta que nos llevaron una noche al puerto y subimos a los barcos para volver al continente (…) El retorno es individual. Si bien es muy parecido para todos los veteranos de guerra, a cada uno nos pegó diferente. Nosotros volvimos con los micros tapados con papel de diario, ocultados al pueblo, como una deshonra, queriendo dar vuelta la página de lo que había sucedido en Malvinas. (…) Después arranca una desmalvinización brutal, impulsada por la Embajada de Inglaterra, y donde muchos argentinos con poder de decisión (cipayos, amantes de la corona) aceptaron esa desmalvinización. Hasta el día de hoy se ven pequeñas cosas que apuntan a desmalvinizar (…) Inglaterra necesitaba que esto fuera borrado inmediatamente y que no quedara en el análisis, para que ningún otro se le atreviera a esa potencia”.

OC: “Cuando partimos a Malvinas, toda la gente salía a la calle a aplaudirnos, a vivarnos. Cuando regresamos, volvimos escondidos. Y así como volvimos escondidos, tuvimos no sé si vergüenza, miedo… No queríamos hablar, no queríamos contar lo que nos había pasado. Así fue como muchos nos fuimos enfermando. El famoso stress postraumático que a nosotros nos negaron siempre (…) Por eso se formaron los centros de veteranos, porque no teníamos dónde contenernos. Los hicimos para contenernos entre nosotros. Cuando volvimos de Malvinas, fuimos nuestros propios médicos, hicimos nuestras leyes… Porque nadie quería ayudar a hacer una ley para un veterano, para un sobreviviente de Malvinas. (…) Todo lo que hoy tenemos los veteranos de guerra es por nuestro propio sacrificio, nuestra propia lucha. Muchos compañeros lamentablemente han fallecido a causa de todo ese desgaste que se tuvo después de la guerra. Es muy triste, pero es así”.

FA: “En este momento estoy a cargo del museo del centro de veteranos de Malvinas de Hurlingham. Ya cumplió 10 años. Al principio, es todo a pulmón. De a poquito fuimos consiguiendo algunas cosas, haciendo alguna gigantografía. De hecho, empezamos solamente con cinco gigantografías y hoy tenemos un total de 70. A eso le vamos sumando lo que vamos consiguiendo por intermedio de las tres FF.AA. Todo por pedido, ya que tenemos personería jurídica y eso nos permite conseguir cosas. Después vestimenta que cada uno tenía, o nos van donando. Muchas cosas estuvieron en Malvinas, mucho material de Malvinas. Tenemos una sala de cine donde proyectamos videos, documentales. Todo referido al conflicto. A su vez, en las charlas que damos tanto en las escuelas como acá, también contamos hace ya dos años con un museo itinerante. Tenemos una camioneta y llevamos el museo al interior del país. Esto es lo que nos da vida para continuar y seguir desmalvinizando. Volvimos de un conflicto bélico, con un gobierno de facto, y luego tuvimos que iniciar otra guerra: la guerra de la desmalvinización. Hoy en día mucha gente dice que somos ex combatientes. Nosotros siempre decimos que somos combatientes, porque seguimos combatiendo contra el olvido y la pérdida de muchos compañeros”.  

OC: “Yo fui socio fundador del centro de Hurlingham. En realidad, es el primer centro que tiene registro en el viejo partido de Morón. Cuando se divide Hurlingham, ya estábamos formados. Y empezamos a trabajar… Fue la primera vez que fuimos escuchados por la parte política, y que se nos solucionó bastante el problema. Porque en ese momento estaba Juanjo Álvarez de intendente y fue él que nos resolvió muchos problemas de trabajo para muchos compañeros que estaban desocupados y que no podían tener trabajo por el simple hecho de ser veteranos”.

SN: “La PBA hace un catastro en el que intenta saber en qué situación de salud se encontraban los veteranos de guerra. El catastro larga una estadística bastante complicada. El intento de suicidio era bastante elevado. Si bien suicidios reales en la actualidad son alrededor de 660, indirectamente hay más de 2.000. Es tasa de mortalidad se filtra del catastro y va a los seguros empresariales. Eso causó un daño enorme a la población de veteranos de guerra, porque el empleador, por más que pudiera tomarte, no te podía asegurar. Prácticamente eso obligó a que el Estado fijara políticas de empleo hacia los veteranos de guerra, porque el privado no te tomaba”.

FA: “Me ayudó mucho, en el año 91, ver hacer a mi hijo. Estar en el parto y verlo venir. Tengo que estar vivo por él. Cuando volví de Malvinas, hablar era tartamudear, me costaba mucho relacionarme con la gente, no sabía afirmar. Me cambió la cabeza mi hijo. En aquel tiempo empecé a relacionarme con los centros de veteranos. Al principio, cuando llegué acá, no conocía a nadie. Me encontré acá en Hurlingham, donde conocí a mi señora. En el centro de veteranos me abrieron las puertas. Hoy en día coordino las charlas desde el Consejo Escolar donde trabajo. Estoy a cargo de las charlas, a cargo del museo. Me gusta mucho esto que hago. Siento que estoy vivo haciendo esto. Y cada tanto necesitás irte un poquito, y me da mucho placer ir al interior, conocer, visitar. Yo esto no lo siento como un trabajo; lo siento como un placer. Amo lo que hago”.

OC: “Empezamos a formar los centros para protegernos. Y el Centro de Hurlingham tiene muy buena trayectoria, muy buen desempeño. Trabajamos bien. (…) El año pasado trabajamos con la universidad: íbamos a dar apoyo escolar. Este año tenemos FiNeS. El centro no es solamente para atender a los veteranos de guerra –si bien es la prioridad–, también está abierto a la sociedad”.

SN: “Cuando empezás a escuchar las primeras bombas, los primeros disparos y empezás a ver gente herida, gente muerte, empezás a ver que un cuerpo vuela por los aires, los cuerpos destrozados; escuchar a un compañero que está gritando por su madre del dolor. Ahí te das cuenta que no sos nada; sos uno más que está luchando por su vida y tratando de salvar a su compañero”.

OC: “Los dos años de pandemia trabajamos mucho en el centro de veteranos con ollas populares, bolsones de comida. Apoyando a la universidad, entregando mercadería”.

@AAUNAHUR