El pasado viernes 21 de abril, 160 estudiantes de la Tecnicatura Universitaria en Viverismo de la Universidad Nacional de Hurlingham (UNAHUR) participaron del 39º Congreso Nacional de Viveristas que se desarrolló en Escobar.

“Este congreso es un evento que la Asociación Argentina de Floricultores y Viveristas lleva adelante de forma bianual hace ya más de 50 años”, cuenta la Lic. Clara Cerrotta, directora de la Tecnicatura Universitaria en Viverismo de la UNAHUR. Durante cuatro años, debido a la pandemia, este encuentro clave para los actores más relevantes del sector había estado suspendido. En esta edición, que tuvo lugar entre el 20 y el 22 de abril, se decidió incorporar también el Primer Congreso Nacional de Paisajismo.

La Ing. Ana Scarselletta es profesora del Taller de Viverismo III y fue, junto con Sonia Biebert y María Marta Bunge, una de las tres docentes que acompañó al nutrido grupo de futuros y futuras viveristas. “Para asegurar la participación estudiantil –relata–, salieron de la UNAHUR tres micros completos. Fuimos y volvimos todos juntos”. Scarseletta explica que el evento “fue un congreso con una feria”. Y agrega: “Había stands de las asociaciones y las organizaciones de productores, de vendedores de insumos, de instituciones científico-académicas. Y también salas de conferencias sobre distintos temas entre las que se podía elegir participar”. Además, la UNAHUR contó con un stand propio durante los tres días del congreso: allí se difundieron las carreras de la universidad y el plan de estudios de la Tecnicatura Universitaria en Viverismo.

“Durante la visita, los y las estudiantes han tenido la consigna de relevar distintas cuestiones que tienen que ver con los stands y los paneles. Entonces, en grupo tuvieron que entrevistar a actores sociales relevantes del sector viverista”, dice Cerrotta. En la misma línea, comenta Scarselletta: “Más allá de que la participación en el congreso suma créditos para acceder al título profesional, las y los estudiantes fueron con una consigna concreta que ofreció la directora de la carrera y con la exigencia de la entrega de un informe. Se los vio participando activamente del evento”.   

Nancy Ross es estudiante del primer año de la Tecnicatura Universitaria en Viverismo de la UNAHUR y destaca la importancia de este tipo de actividades. “En mi caso, que recién comienzo la carrera, pude tener una primera lectura del mundo del viverismo”, considera. Y suma: “Estos viajes realmente hacen que nos involucremos en la realidad del viverismo y que nos conozcamos entre estudiantes. Conocí compañeros y compañeras de diferentes años, más avanzados que yo. Hubo intercambios de semillas, de charlas y de experiencias”.

Otro de los participantes de esta experiencia es Víctor Gabriel Stokelj, estudiante del último año de la Tecnicatura Universitaria en Viverismo. “Fue muy notoria la presencia de los alumnos en encuestas y talleres. Hubo un espacio de puesta común final en el que se aportó discusión. Conocimos opciones de salidas laborales y a la élite del sistema productivo en el que queremos insertarnos”, resalta. Además, destacó dos de las conferencias del día viernes: “Plantas nativas: regulación para la producción y comercialización” y “Cannabis medicinal en el mercado viverista”.

Cerrotta subraya que este tipo de actividades “representan, en gran medida, el vínculo cercano que queremos tener con el territorio y con los actores reales de la actividad”. Por otra parte, sostiene que la participación de la UNAHUR “es muy importante para dar a conocer el perfil del egresado y de la egresada, ya que esto puede facilitar la inserción laboral de nuestros y nuestras estudiantes en el futuro”. Y añade: “Como universidad, podemos hacer un aporte muy valioso en materia de inclusión y desarrollo territorial a partir de actividades productivas incluidas dentro del viverismo”.

De acuerdo con Scarselletta,las conferencias, en las que se abrió el espacio para consultas e intercambios, fueron un lugar formativo propicio para las y los estudiantes: “Se observó una participación muy importante, hicieron preguntas interesantes sobre las necesidades del sector, sobre los desarrollos tecnológicos y sobre su rol como profesionales”, sostiene.

“Nuestra participación –concluye Cerrotta– ha propiciado el contacto con proveedores, viveristas, clientes y distintas instituciones públicas y privadas de la actividad, que probablemente van a desembocar en distintos tipos de vinculaciones institucionales, como convenios con cámaras laborales o patronales, con instituciones públicas y también con productores del sector privado de plantas e insumos”.

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