Compartimos la exposición del profesor Boaventura de Sousa Santos en la Conferencia inaugural de la CRES 2018:

En este continente querido yo no podría dejar de estar, sobre todo porque desde ayer que estoy muy entusiasmado aquí en Córdoba. Córdoba sigue siendo rebelde, Córdoba. Sí. Pero, ayer la manera más viva. Ayer, por ejemplo, estuve en una reunión de estudiantes, de profesores, bellísima. De vitalidad, de resistencia contra el neoliberalismo, los recortes, etcétera. Me parece que al salir de aquí salgo con esperanza y es por eso que con mucho gusto estoy aquí con ustedes a esta hora tan tardía que todos ustedes querían seguir con la música para quizás bailar también, yo también quizás.

Pero quiero agradecerles esta oportunidad para hablar de un tema que estoy hablando aquí en el continente, realmente esta gente aquí de Costa Rica y hace tiempo, el 24 de abril, estuvimos en Costa Rica, para inaugurar todas estas conmemoraciones. La semana pasada estuve en Pelotas, el sur de Brasil, también por el mismo objetivo de prepararnos para hoy, para aquí para Córdoba. He estado con muchos rectores, dirigentes, estudiantes.

Entonces yo voy a dedicar mi charla al siguiente tema: ahora, si los estudiantes que estuvieron en 1918 estuvieran acá, como nosotros, cuál es nuestra responsabilidad para hacer las nuevas reformas que son necesarias. Lo primero que estoy seguro que los estudiantes de 1918 tuvieron en cuenta fue su contexto: el contexto social, político de la Argentina por supuesto, pero también del continente y de Europa mismo. No nos podemos olvidar que el manifiesto no es dirigido a estudiantes, es dirigido a los hombres libres del continente. Hoy en día claro diríamos a los hombres y a las mujeres libres del continente.

Entonces este es el contexto en el que nosotros tenemos que discutir este centenario que además es también el cincuentenario del Mayo del 68. Y por eso son acontecimientos que son muy importantes, que hay que revisar, que hay que analizar, contextualizar, para poder seguir adelante, seguir sus mensajes. Porque para ellos era muy claro que muchos dolores quedaban y quedan. Además, en reciente, hubo algunos retrocesos. Por eso es importante y debemos ver cuál es el contexto en el que nos encontramos porque por ejemplo cuando pasa una ruptura o una reforma tan profunda como esta de 1918 o 1968 por ejemplo, el Mayo del 68, lo que pasa es que años después son analizados distintos, son descontextualizados. Por ejemplo, es muy curioso de analizar como veinte años después el Mayo del 68, que aquí por ejemplo en el continente ha seguido en otros años, por ejemplo en Costa Rica, la lucha contra el Alcoa (Aluminum Company of America) en 1970, una lucha muy exitosa además. Esa lucha va a ser evaluada en los años siguientes con nuestras inquietudes, nuestros contextos.

Realmente Mayo del 68 es un buen ejemplo porque veinte años después se leía este evento, esta gran transformación, como algo muy distinto de lo que fue de hecho el 68. Se decía que era una guerra civil entre estudiantes de clase media, se decía que era fundamentalmente una idea cultural, identitaria que buscó crear, abrir el campo para la sociedad de consumo, de alguna manera una lectura posmoderna del Mayo del 68, donde se decía que autores muy importantes, de Derrida, de Lacan, de Foucault, habían sido importantes y todo esto no es verdad, no es verdad. El movimiento fue otra cosa, fue una cosa muy distinta. Es que durante un tiempo hubo una alianza entre el movimiento estudiantil y movimiento obrero. Y eso se olvidó completamente veinte años después, porque durante un tiempo nueve millones de personas estuvieron en huelga en Francia, y esto fue una alianza de los estudiantes con el movimiento obrero. Y además cuando preguntamos cuáles eran los autores, mismo Marcuse que se decía que era un intelectual, es una anécdota, para nosotros no es verdad, nosotros no hemos leído a esa gente. Eso es lo que dicen, mismo Sartre. Había leído quizás al Che Guevara, pero no mucho más.

Por eso pienso otra cosa que completamente se olvidó de Mayo del 68 es que fue un movimiento en contra del imperialismo norteamericano, en contra de la guerra de Vietnam, por ejemplo, todo esto se olvidó. Entonces yo pienso que es muy importante que nosotros sepamos hoy encontrar lo que estamos. Veamos nuestras raíces porque el mismo movimiento de los estudiantiles tuvieron una lectura muy distinta de esto. Muestra que realmente tenemos que ir a las raíces de los movimientos para poder pensar cómo nosotros hoy estamos posicionados en nuestras luchas.

Y lo que es interesante verificar es que al contar el Mayo del 68, la reforma de Córdoba de 1918 tuvo siempre lecturas muy positivas a lo largo de los siglos, de los años, de las décadas. No solamente porque fue una reserva democrática muy fuerte, que salió de acá en ese entonces y que fue por todo el continente y más allá del continente. Por ejemplo, poco tiempo después De La Torre y más tarde José Carlos Mariátegui creaba la universidad popular en Perú. Y otras universidades se siguieron también. Todas las ideas de las Universidades populares, se dio también con esto.

Boaventura de Sousa Santos: “Lo primero que estoy seguro que los estudiantes de 1918 tuvieron en cuenta fue su contexto: el contexto social, político de la Argentina por supuesto, pero también del continente y de Europa mismo”

La idea de la extensión, de la responsabilidad social de la universidad. Realmente fue un movimiento de hecho de gran fuerza en el continente y que realmente logró mantener en la agenda una serie de consignas que son todavía de nosotros hoy. Claro, se lograron muchos avances: el primero y más importante fue el derecho a la educación universitaria, el derecho a la universidad como un derecho universal para todos y eso es irreversible. Algo de que no podemos de ninguna manera renunciar, pero hay siempre muchos peligros hoy en día en nuestras evaluaciones de estos encuentros pasados porque el contexto universal es un contexto muy muy, muy difícil.

La prueba es que hoy por todo el mundo hay mucha perturbación en las universidades. Les doy algunos ejemplos: recortes financieros, por supuesto, presupuestarios, en varios países, Francia por ejemplo y obviamente Brasil es un caso dramático de recorte financiero para destruir realmente la universidad pública. Tenemos lo mismo en Francia como digo, tenemos en India la Universidad sin la cual nosotros no podemos pensar la moderna India que ha estado en una turbulencia enorme porque hay un hinduismo colectivo, político, que está politizando la religión hindú y de alguna manera crea discriminación contra los estudiantes islámicos. Crea problemas con el sistema de castas en India. Sudáfrica, un caso que acompaño muy de cerca donde los estudiantes negros empezaron a entrar a la Universidad después del fin del Apartheid, pero entraron los estudiantes, no entraron profesores negros. Los profesores siguen siendo los blancos de siempre y además, los contenidos no se cambiaron. Estos jóvenes negros dentro de la universidad y las estatuas que están en las plazas son las estatuas de los hombres que mataron a su pueblo. Cómo aquí en el continente, hay muchas estatuas de hombres que han matado a los mapuches, que han matado a los afrodescendientes aquí en este continente y por eso hay un movimiento muy fuerte en este momento en el sentido de descolonizar la universidad de Sudáfrica. Un movimiento en el que participo muy activamente. Y ahora en Chile, después del movimiento estudiantil que ustedes han conocido, también las mujeres están muy interesadas en luchar contra el asedio, el acoso sexual en Chile y por eso también de cambiar esto.

¿Por qué? ¿Por qué las Universidades en este momento son un lugar de turbulencia, un lugar de perturbación social por los ataques de que es víctima hoy la universidad pública? ¿Por qué es eso? ¿Cuál es el contexto en el que esto ocurre? El contexto claro es éste, es un contexto en el que estamos pasando un ciclo global, conservador y mismo reaccionario controlado por el neoliberalismo que no es otra cosa sino que el dominio total del capital financiero sobre otras formas de capital. No solamente sobre obviamente otras clases sociales, pero dentro del capitalismo, es un capitalismo improductivo, que no es, no tiene la misma responsabilidad social que en algún momento el capitalismo productivo tuvo. El capitalismo financiero no tiene obreros, tiene indicadores de la pantalla de las computadoras en la bolsa de valores, y es con eso que trabaja y es con eso que se obtienen ganancias enormes. Además, es totalmente globalizado, son dos valores, dos grandes poderes que tenemos en nuestro tiempo que no tiene fronteras, que no conoce fronteras, que no sabe lo que es una regulación estatal. Es el capital financiero en este momento y la internet. Por eso tenemos que admitir que estamos en un contexto que quizás es más fuerte, es más poderoso que el contexto de Córdoba y el contexto de Mayo del 68.

Porque en Córdoba de alguna manera era el comienzo del siglo y era realmente toda la turbulencia que tal vez pasaba en Europa, la revolución Rusa, acababa una guerra, empezaba otro momento político en Europa, aquí en el continente lo mismo. Había todo este fermento de esperanza también de una sociedad que empezaba a democratizarse con todos los dolores que eso implica.

En Mayo del 68, a pesar de haber una crisis grande ya notable en el socialismo soviético, había sobretodo todavía la idea de que hay una alternativa socialista y que por eso el capitalismo no puede pensar que no tiene un rival, una alternativa socialista. Entonces realmente en ese entonces había un contexto que permitía alternativas. Nuestro contexto es un contexto un poco más complicado porque es un contexto donde realmente parece que el capitalismo ganó a todos los adversarios y de alguna manera no tiene más miedo. Es un capitalismo sin miedo, y que implica que toda la gente del mundo pueda tener miedo excepto una pequeña minoría del uno por ciento. Es realmente un enemigo muy fuerte, con lo cual nosotros nos tenemos que valorar y que luchar en este momento.

Boaventura de Sousa Santos: “Los límites son resultado de nuestros logros. Son el resultado de nuestras victorias. Cuando más avanzamos en la democratización de la universidad, más vemos que hay cosas que hay que democratizar, que hay cosas que hay que descolonizar y que hay procesos que hay que despatriarcalizar”

¿Cuáles son las características de este movimiento ahora? Podemos decir que lo que el neoliberalismo está intentando es hacer algo que podemos llamar el capitalismo universitario. Empezó con la idea de que la universidad debía ser relevante para criar competencias, cualificaciones que el mercado exige. Más tarde empezó a decir que también no hay un derecho a la educación, porque realmente quien puede pagar, puede pagar la educación. Hay también un intento muy grande a la privatización de la educación, y una fase final que es la idea de que la Universidad no tiene simplemente que producir cualificaciones para el mercado, ella misma tiene que ser un mercado y para ser un mercado tiene que ser gobernada como si fuera una empresa. La Universidad como empresa. Entonces, eso empezó desde hace mucho tiempo. Eso empezó desde un estudio de Merrill Lynch que en los años 90 ya decía que la educación y la salud serían las dos grandes inversiones más rentables del capitalismo durante las próximas décadas. Y desde entonces, el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, van a entrar con la concepción privatista, mercantilista de la universidad y van a intentar distribuir, difundir esta ideología por todo el mundo. Por eso el capitalismo universitario es quizás lo que nos podemos decir que estamos en este momento en una encrucijada, ¿Por qué? por causa de Córdoba, por causa del movimiento estudiantil del 68, que hubo realmente muchos avances, desde abajo, hubo mucha democratización de la universidad. Hubo acciones afirmativas, hubo realmente constituciones que dicen que hay un derecho universal y gratuito a la universidad. Entonces hay un shock entre un capitalismo universitario que es impuesto desde arriba y un movimiento desde abajo que quiere que la universidad sea un bien común.

¿Y ser un bien común significa qué? No quiere decir que sea producir para el Estado solamente. Puede ser producido por cooperativas, puede ser producido por otras entidades, siempre y cuando el objetivo no sea la ganancia. Porque la universidad negocio es un negocio, pero no es una universidad. Eso es lo que nosotros tenemos que mantener muy claro en este momento que como digo es un momento de encrucijadas para las universidades.

Por eso es un momento difícil. Por varias razones. Una de ellas es que no es un ataque directamente político, es un ataque despolitizado. Es un ataque que tiene dos dimensiones: recortes presupuestarios y la lucha contra la ineficiencia o la corrupción de los rectores, etc. Casi todo siempre muy selectivamente esta lucha contra la supuesta corrupción cuando se sabe que las universidades públicas son en general muy bien gerenciadas por sus rectores, son muy bien gerenciadas cuando comparamos con muchas otras instituciones. Entonces vamos a ver por eso cuáles son las raíces y el impacto: Por qué la universidad pública en este momento es un blanco para el neoliberalismo.

Hay varias razones. Esto ocurre aquí en el continente, pero está ocurriendo en otras partes del mundo y eso que nos debe, llama la atención, es un movimiento global que va a exigir también una respuesta continental por supuesto, sino también una respuesta global. Porque en Europa tenemos el mismo: las universidades públicas, recortes presupuestarios, la idea de la privatización, todo eso. El proceso de Bologna, fue realmente el intento de mercantilizar la universidad europea. Entonces vamos a ver por qué la Universidad es en este momento un blanco.

Primero, la universidad, con todas las limitaciones que nosotros estamos muy conscientes, ha sido un centro de producción de conocimiento libre, independiente y crítico. Limitado, por supuesto. Pero los límites que nosotros, que ahora mismo hablamos de la descolonización de la universidad en Sudáfrica, los límites son resultado de nuestros logros. Son el resultado de nuestras victorias. Cuando más avanzamos en la democratización de la universidad, más vemos que hay cosas que hay que democratizar, que hay cosas que hay que descolonizar y que hay procesos que hay que despatriarcalizar. O sea, son esos límites y a pesar de todo, la universidad ha sido realmente una instancia para eso. Eso realmente no está de acuerdo con el neoliberalismo. ¿Por qué? Porque el neoliberalismo está siendo en este momento epistemológico. Esto quiere decir que es una política sin alternativas.

Yo acostumbro a decir que nacimos en el inicio del siglo XX con dos grandes modelos de transformación social, la revolución social y el reformismo social y estamos en el inicio del siglo XXI sin ninguno de ellos, de alguna manera. No vemos reformismo, al contrario, vemos la crítica de la social democracia, la crítica de los derechos sociales, económicos y políticos y tampoco la revolución parece estar en la agenda política. Entonces, esta ausencia de alternativas que el neoliberalismo intenta producir todos los días en nuestras cabezas con el monopolio de los medios. Con el monopolio de la información y por eso si no hay alternativa no hay política. Porque la política son alternativas, si no hay alternativas, no hay política. Y es por eso que muchas de las medidas en contra de la universidad pública no parecen políticas. Son recortes financieros, un recorte financiero no es una actitud ideológica. Una idea de luchar contra la corrupción no es una cosa ideológica. Es una cosa económica, jurídica. No lo ves, porque justamente el objetivo que está por detrás es esta idea de que la universidad puede ser un fermento de alternativas, puede ser un fermento de respuesta, puede ser un fermento de resistencia y eso es que hay en este momento una de las ideas fundamentales del pensamiento conservador neoliberal que domine nuestro tiempo.

Otra idea es que el pensamiento neoliberal busca un presente eterno y eternamente obsolescente, es como un shopping center. No quiere ni al pasado ni al futuro, olvida el futuro, olvide al futuro que será la continuación del presente y tampoco le interesa el pasado. Yo acostumbro a decir que quieren que cada vez más la sociedad es hecha de los que no quieren recordar y los que no pueden olvidar, pero el neoliberalismo de alguna manera quiere evitar todas estas tensiones del pasado, del presente y del futuro. La universidad ha sido siempre, con todas las limitaciones, la posibilidad de analizar el presente, criticar el presente en relación al pasado y con vista a un futuro diferente que sea mejor. Y por eso en este momento la universidad no es realmente buena para el neoliberalismo.

En tercer lugar, la universidad ha sido siempre nacional e internacional. Desde hace mucho tiempo que es así. Ha sido ayudada a crear un proyecto nacional obviamente excluyendo sabemos, cuando José Carlos Mariátegui escribió los siete ensayos sobre la sociedad peruana decía que era el pecado original de américa latina era haber sido criados sin el indio y en contra del indio. Por eso un proyecto nacional excluyente, pero de todos modos un proceso nacional que se podría reconstruir y que se ha reconstruido a lo largo del siglo ¿no? Pero ahora el neoliberalismo no quiere proyectos nacionales, no hay proyectos nacionales. Ustedes los que están aquí de Brasil han visto dramáticamente lo que pasa con la Petrobras que es exactamente la destrucción de cualquier proyecto nacional de derechos de la salud, la educación, con base de la riqueza nacional.

Boaventura de Sousa Santos: “La universidad ha sido un punto de resistencia y en la medida que sea de resistencia es un blanco para el neoliberalismo. Quiere que el derecho de los mercados tenga primacía también dentro de la universidad”

Por eso la universidad también fue siempre internacional, pero el internacionalismo que quiere el capitalismo universitario neoliberal es otro tipo de internacionalismo. Es la franquicia. Es la universidad de en todo el mundo poder comprar productos académicos, de educación universitaria, que el Banco Mundial llama terciario, en todo el mundo. Registrados, reconocidos como mercancía. Esa es la internacionalización, no es la internacionalización solidaria, que siempre existió entre universidades con base en la idea de un bien común. Y es por eso que los únicos obstáculos que este mercado internacional permite son los que son origen en la base de ganancias, son los derechos de propiedad intelectual. Claro que el conocimiento debía ser libre, pero no. Hay derechos de propiedad intelectual porque es el propio mercado que crea obstáculos a la libertad del conocimiento. Entonces esta idea de una internacionalización que no es mercantil es también totalmente hostil al neoliberalismo.

Finalmente hay otra cosa que es muy importante tener en mente. Pienso que la tierra, Marx dice en una parte de “El Capital” que la tierra será lo más difícil para el capitalismo de alguna vez entrar. ¿Por qué? Por razones técnicas que él estudia sobre la renta fundiaria, y que dice que es muy difícil que entre. Yo pienso que estamos precisamente en este tiempo cuando el capitalismo está entrando con mucha fuerza dentro de la tierra, todo el sistema de lo que llamamos hoy el neoextractivismo no es otra cosa sino el capitalismo en la tierra y en los territorios, como la expulsión de campesinos, de indígenas, de poblaciones afrodescendientes. Ahora, la universidad como bien común tenía esta característica, era hostil de alguna manera. La universidad existía en la sociedad capitalista, pero no era necesariamente capitalista. Lo que quiere el neoliberalismo es que la universidad no exista en la sociedad capitalista, la universidad es capitalista. Es una mercancía. Es un mercado. Es una empresa y es un cambio brutal este porque si es una mercancía tiene que ser medida, ¿Cómo vamos a transaccionar un producto universitario? Tenemos que saber su valor, el valor tiene que ser cuantitativo, no hay otra manera de valorar, y es por eso que surge todo el problema del ranking, todo el problema de ordenar a través de ranking las diferentes universidades.

El ranking está para la universidad como el PBI está para los países en general. El Producto Interno Bruto claro que es una medida que es reconocida, pero se queda mucha cosa por afuera del PBI. Toda la economía doméstica, toda la economía de cuidado, toda la economía informal, que en Mozambique son 70 por ciento de la economía. La economía campesina se queda afuera del PBI. Por eso imaginemos lo que queda por fuera del ranking de las universidades, queda mucho fuera. Cosas como el cuidado, las relaciones entre estudiantes, la solidaridad, el aprendizaje político, social, cultural, entre estudiantes, con los profesores, las fiestas, todo lo que pasa en una universidad y que es fundamental para socializar las generaciones están fuera del ranking, eso no cuenta ¿no?.

Entonces, nosotros no estamos en contra de las evaluaciones, nosotros creemos que hay evaluaciones porque realmente necesitamos que nuestro trabajo sea evaluado. Tampoco tenemos miedo de eso, no. Pero queremos que la evaluación sea una evaluación realística, una evaluación que contabilice todas las diferentes potencias de una universidad. Esto que ustedes acaban de ver de la universidad de Tres de Febrero, ¿esto cuenta para el ranking de la universidad? No. Una cosa fabulosa. Afirmación de arte, los tambores, las mujeres, este grupo es de la universidad. Toda esta emoción artística que nos lleva a otro mundo, porque realmente el neoliberalismo nos dice que la universidad está desconectada. No esta desconectada, porque cuando dicen que está desconectada, básicamente, cuando dicen que está desconectada es desconectada con los mercados, no está desconectada con el mundo, con las posibilidades infinitas que nuestras sociedades crean. Con esa posibilidad de creatividad e innovación, que no es innovación industrial, es innovación de la vida, de la subjetividad, eso sí muestra que la universidad tiene esa potencia.

Pero nuestros males vienen desde largo tiempo. En un estudio reciente he estado viendo como las jerarquías dentro de los derechos humanos empezaron en el siglo XVI y siglo XVII y es muy interesante porque era una historia completamente olvidada. Yo me doy cuenta que Charlotte por ejemplo, que es un gran teorizador de la Democracia y los derechos humanos, todos sabemos que él era propietario de esclavos, etcétera. Pero fue a estudiar un poco a fondo esto.

Lo que es claro es que los derechos humanos además de ser derechos para la sociedad metropolitana, no para la sociedad colonial, lo que llamo la linea visal los que conocen mi trabajo, ellos tienen la noción de que hay un derecho humano por encima de todos los otros, ese derecho humano es el derecho a la propiedad individual, y lo hacen muy claro en sus trabajos. Esa es la primacía. Al mismo tiempo, un gran teólogo, que mucho admiro además sus trabajos, fundamental, Francisco De Vitoria, también habla de los derechos humanos de una manera muy fuerte, pero defiende que hay un derecho que tiene la primacía sobre todos los otros. El derecho al libre comercio. Ese derecho tiene supremacía y así lo justificaba Vitoria porque tiene primacía sobre la soberanía de los Estados o de las organizaciones políticas que los colonizadores van a encontrar en el nuevo mundo, claro, por eso tiene primacía.

Boaventura de Sousa Santos: “¿Cómo hacemos? La primera cosa es que tiene que haber una ruptura epistemológica, una nueva Tesis 11. Tiene que haber otra manera de pensar, tenemos que saber que (…) este conocimiento es muy importante pero no es el único. Hay otras cosas, otros conocimientos, otras sabidurías populares, vernáculas, de los pueblos indígenas, de los hombres, de las mujeres, de las favelas, de todos lados. Popular, urbanas, rurales. Hay una pluralidad, una diversidad enorme de conocimiento que se quedó por fuera de la universidad”

Claro, junten los dos. Propiedad individual y libre mercado y ustedes tienen hoy la primacía de los derechos de los mercados sobre todos los derechos humanos. Es esta la realidad que vivimos hoy, es una coyuntura en donde estos dos derechos tienen la primacía, sobre todo, por eso nadie sorprende cuando usted está en la televisión o mirando los periódicos que hay elecciones y lo que pasa de inmediato, cuál es la reacción de inmediato en la prensa y en la televisión: Cuál fue la reacción de los mercados. A los mercados no les gustó esta elección, los mercados no están satisfechos con este candidato, no están satisfechos con el otro. Derecho a los mercados, como el derecho humano que no es humano, es un derecho deshumano pero que tiene la primacía sobre todos los derechos humanos.

La universidad ha sido un punto de resistencia y en la medida que sea de resistencia es un blanco para el neoliberalismo. Quiere que el derecho de los mercados tenga primacía también dentro de la universidad. Entonces me parece que es claro dónde viene todo esto, dónde viene toda esta idea de transformar el mundo de todas las posibilidades en un mundo que es fundamentalmente el mercado y la mercancía. Y el Banco Mundial, junto con el Fondo Monetario Internacional ha sido realmente un impulsor de vincular la universidad al sector productivo, mercantilizar el conocimiento, comercializar la investigación.

Como dijeron aquí en la introducción, yo trabajo hace 30 años en una universidad norteamericana, Madison, Wisconsin. Las Ciencias Sociales y Humanas pasan por crisis enormes, departamentos que cierran, recortes financieros todos los días. Pero al lado de las biotecnologías, hay edificios nuevos cada día y mis colegas de biología y de biotecnología tienen al lado de su oficina su empresa, o sea la empresa está dentro de la universidad y esto es de una promiscuidad total porque parte de la idea de que el único conocimiento que tiene valor es el valor del mercado. El conocimiento que no tiene valor del mercado, no tiene valor. Esto a mi juicio es lo que va a matar la universidad a largo plazo. Si nosotros dejamos que realmente todo el conocimiento tiene que tener un valor de mercado, entonces no hay futuro para la universidad, este es el dilema muy fuerte en que estamos. Porque además el neoliberalismo está diciendo una cosa brutal, que la universidad sustentable es la que se financia a sí misma. ¿Qué es esto? ¿Dónde está la responsabilidad pública por la universidad? ¿Por las futuras generaciones? ¿Por qué la plata en la universidad es un gasto y no una inversión?

La universidad, en ese sentido, no tiene futuro. Una universidad que es sustentable porque se financia a sí misma es una universidad insustentable como bien común. Tenés que ser una empresa por supuesto. Por eso, tenemos que buscar a Córdoba 1918 la reserva democrática para poder ahora luchar contra este nuevo enemigo que como digo es todavía más poderoso que el enemigo de 1918 y el enemigo de 1968. Vamos a ver entonces cómo podemos en la segunda y última parte de mi charla, cómo podemos hacer esto.

Yo pienso que lo primero que tenemos que ver es que la primera idea que viene de inmediato es que como hay un ataque brutal contra la universidad, la universidad tiene que defenderse. Y por eso estamos en un periodo de luchas defensivas. Por supuesto, hay que defender lo que logramos y que pensábamos que era irreversible. Pero la lucha defensiva a mi juicio en este momento tiene que radicalizar las posibilidades, o sea la lucha defensiva no nos sirve completamente en este momento. La Universidad tiene que saber que los límites, tienen límites. Que los límites no son rígidos, que hay que empujar, que hay que intentar romper los límites y que para eso hay que radicalizar la lucha democrática de la universidad por el derecho a la universidad y la universidad como un bien común, y eso ¿Cómo lo vamos a hacer? Yo pienso que está siendo hecho. Tenemos consciencia de esta radicalización.

Primero vamos a ver el contexto. Para nosotros yo pienso que aquí muchos de nosotros fueron muy influenciados por Marx ahora tienen que repensar mucho de lo que Marx ha dicho y una cosa que él ha dicho fue una célebre Tesis 11, en que dice contra Ludwig Feuerbach, que realmente los filósofos hasta ahora han pasado el tiempo en interpretar el mundo y ahora hay que transformarlo. Yo pienso que nosotros hoy en día tenemos que reinterpretar el mundo para poder transformarlo. Tenemos otra epistemología, tenemos necesidades de otra epistemología para poder avanzar en esta lucha. Vamos a ver cómo eso se hace.

Primero, la dominación que nos domina hoy en día es una dominación triple, tiene tres cabezas. Colonialismo, capitalismo y patriarcado o heteropatriarcado. Esta era una ilusión para nosotros habernos pensado que el colonialismo terminó con las independencias, no. El colonialismo existe hoy. Es cierto que en este auditorio la gente va a pensar no, es una tontería, del sociólogo. No. Hablen con los movimientos indígenas, hablen con los afros y con todos los pueblos de las favelas, ellos saben que hay colonialismo, ellos saben que hay racismo, ellos saben que hay xenofobia, entonces la sociedad es esa.

Digo muchas veces a mis amigos en Brasil que, porque ahora hay más racismo en Brasil, y mismo más sexismo, violencia contra las mujeres. Por esta simple razón, cuanto más agresivo es el capitalismo, más necesita de racismo, de colonialismo y de patriarcado y es por eso que la lucha tiene que ser integrada y nuestro dilema es que la dominación es integrada: capitalismo actúa integrado con colonialismo y con patriarcado. La resistencia está fragmentada. Los que luchan contra el capitalismo se olvidan de luchar en contra del colonialismo, el racismo o contra el patriarcado, en contra del machismo.  Los que luchan contra el colonialismo, se olvidan muchas veces de luchar en cualquier capitalismo y en contra del sexismo y los que luchan en contra del patriarcado, a veces se olvida de luchar contra el racismo y el capitalismo. O sea dominación está integrada y la resistencia está fragmentada y por eso la universidad puede ser realmente un campo donde se puede pensar cómo articular la resistencia y es por eso que la universidad es un blanco del neoliberalismo hoy en día.

¿Pero cómo hacemos? La primera cosa es que tiene que haber una ruptura epistemológica, una nueva Tesis 11. Tiene que haber otra manera de pensar, tenemos que saber que nosotros, este conocimiento científico que es precioso, yo soy un científico social, no soy otra cosa, este conocimiento es muy importante pero no es el único. Hay otras cosas, otros conocimientos, otras sabidurías populares, vernáculas, los pueblos indígenas, de los hombres, de las mujeres, de las favelas, de todos lados. Popular, urbanas, rurales. Hay una pluralidad, una diversidad enorme de conocimiento que se quedó por fuera de la universidad, y esto fue realmente lo grande de la imitación de que se hablaba antes, de la universidad latinoamericana fue imitar todo este predominio de la ciencia en este continente en donde hubo tanta sabiduría afuera, tanto conocimiento fabuloso que existía fuera de la universidad pero la universidad no lo tomó en cuenta ¿Por qué? Porque la universidad no ser descolonizado. Se puede haber democratizado un poco, pero no se descolonizó. Y por eso sus contenidos, su historia, sus ciencias sociales son colonizadores, porque son las historias de los vencedores, nunca la historia de los vencidos. Contada por los vencidos. Es por eso la universidad para ser una resistencia tiene que ser una resistencia en su contra, tiene que hacer su autocrítica profunda, pero para defenderse como bien público, como tener la consciencia que es un bien común extremadamente poderoso, extremadamente fuerte.

Y se están dando cuenta de esto. Le llama la atención para el manifiesto de la acción social de Costa Rica, que fue aprobado por la universidad de San José el 24 de abril de 2018. Llamo la atención y les pido que lean ese documento. Es un documento precioso en donde se hace muy claro que la universidad ya no puede seguir con la idea de que es la única fuente de conocimiento, de tener la arrogancia de un conocimiento solo y que tiene que saber conversar, articular con otras formas de saber. Yo llamo a eso la ecología de saberes. Los diálogos del saber, las ruedas. Pero es fundamental crear un lo que llamo en mi trabajo las epistemologías del sur. Es de ver que las ciencias son fundamentales para entender nuestro tiempo, pero sobre la condición de articular con otros saberes, saberes con los cuales tiene que dialogar, tiene que conversar. Porque como siempre digo se quiere ir a la luna, necesito de conocimiento científico, pero si quiero conocer la diversidad la Amazonía necesito de conocimiento indígena. Entonces para diferentes objetivos tenemos diferentes conocimientos y por eso esta diversidad epistemológica del mundo es lo nuevo, más nuevo que debemos realizar en relación a 1918 o 1968. Porque los estudiantes también del 68 tenían mucha arrogancia. Por eso Pier Paolo Pasolini, un gran tal vez el intelectual más brillante del siglo XX occidental, decía son una guerra civil entre los hijos de la burguesía. ¿Por qué? Porque no reconocían realmente el conocimiento la sabiduría de los pueblos, porque no sabían a dónde estaban los pueblos.

Conocían al trabajo de los obreros, pero como información, no como conocimiento. Entonces les digo que, en este momento, la primera gran ruptura, más allá de 1918 es epistemológica y eso es fundamental porque es una resistencia enorme contra la propia universidad.

Boaventura de Sousa Santos: “Si nosotros dejamos que realmente todo el conocimiento tiene que tener un valor de mercado, entonces no hay futuro para la universidad, este es el dilema muy fuerte en que estamos”

La universidad para luchar contra el neoliberalismo tiene que hacer una cosa muy fuerte. Tiene que seguir pensándose universitariamente, no como una empresa, pero como una universidad. Eso es fundamental, pero no como la universidad de siempre, tiene que ser una universidad que se refunda epistemológicamente y es por eso que el enemigo de la universidad no está solamente afuera. El enemigo está adentro de la universidad porque muchos de nuestros colegas no entienden que deben articularse con otros saberes, deben articularse con otros conocimientos para poder de alguna manera seguir con sus teorías. No es de ninguna manera decir, o menos valuar mi conocimiento científico. Yo no puedo, al contrario, es que mi conocimiento es más valioso cuando logra una conversación con otros conocimientos. Cuando no tiene miedo, cuando sabe hasta dónde puede ir, a dónde no puede ir. Hay cosas como la espiritualidad que nosotros en las Ciencias Sociales no somos capaz de concebir pero un campesino, una población ribereña, una indígena, que sabe muy bien lo que es la espiritualidad y no la confunde con religión, es otra cosa.

Necesitamos de esta articulación novedosa entre saberes para poder seguir al principio y aquí está la segunda ruptura en relación a 1918, que es a donde esta ese conocimiento. No es en las clases urbanas de Córdoba, las clases urbanas que los estudiantes querían cada vez más dentro de la universidad, las clases medias, no. Son las clases empobrecidas, los de abajo, los excluidos, los que son víctimas de colonialismo y de patriarcado. Son los cuerpos racializados y sexualizados de nuestro tiempo. Ahí, en las comunidades, donde hay exclusión. Hace poco tiempo estaba en el foro social mundial de El Salvador y fui a trabajar con las mujeres de Ilha de Maré en la bahía de todos los santos, son marisqueros, trabajan con el marisco, que está siendo totalmente prohibido por las empresas de alrededor porque lanzan todos los agrotóxicos y todos los productos tóxicos en la bahía de todos los santos. Y cuando hablé con un político diciendo qué es esto, ustedes están destruyendo la economía de estas mujeres, y el político me contestó: es una isla de negros, o sea no vale. Están excluidos del otro lado de la línea abismal, no son verdaderamente humanos, son desechables, son subhumanos.

Y nuestra sociedad está hecha de esto y la universidad a lo largo de los siglos fue quien diseñó mejor la línea abismal. Esta línea abismal entre la sociedad metropolitana y la sociedad colonial. Entonces esta universidad tiene que pensarse, refundarse, para ser una universidad post-abismal. Una universidad que denuncia esta línea abismal para poder realmente realizar encuentros entre los que están excluidos de una manera abismal y los que no lo son. Y para eso es necesario realmente articular la resistencia, porque la resistencia anticapitalista es muchas veces de una exclusión, en contra de la exclusión no abismal. ¿Por qué? Porque hay derechos, los trabajadores cada vez tienen menos derechos, cada vez hay más trabajo esclavo, pero hay algunos derechos. Pero la población que es víctima de racismo, que es víctima de violencia y de femicidio, no son verdaderamente humanos, es una exclusión abismal, como digo para ellos no hay derechos humanos, no son sujetos de derechos humanos. Son objetos de discursos de derechos humanos y es por eso que la universidad tiene aquí una responsabilidad enorme en este sentido, pero hay una u otra cosa que resulta de esto.

Por eso ruptura epistemológica por un lado y atención a los de abajo, a las clases populares que es muy difícil para la universidad porque fueron siempre las clases despreciadas por la universidad. La universidad creó una hostilidad enorme en relación a las poblaciones de las periferias de las sociedades, pero se está reconstruyendo ahora. ¿Por qué? Las universidades tenían el conforto del apoyo de las elites. Ahora las élites no apoyan a la universidad pública, porque ellos mandan a sus hijos para las universidades globales del neoliberalismo global de Europa, de Estados Unidos, de Canadá y por eso no confían en las universidades públicas para sus hijos. Es por eso que perdieron prioridad en la universidad. La universidad tiene que buscar nuevos aliados, está en este momento en suspenso. Ni las elites creen en la universidad ni la apoyan y los de abajo están muy lejos de la universidad, muy desconfiados. Y por eso hay que traer, hay que crear una confianza y esa confianza se crea con una u otra epistemología. Imagínese usted si yo puedo crear confianza cuando voy con mi grabadora para una comunidad a hacer entrevistas a las faveladas de las poblaciones de las periferias, de las barriadas, pedir información para mis estudios. No puede crear confianza, porque estoy transformándolos en objetos de mi investigación, no son sujetos de conocimiento, me dan información, el conocimiento es mío.

Eso es errado, tenemos que pasar de “conocer sobre” a “conocer con”. A transformar la idea de que no hay información, hay otro conocimiento. Tenemos que luchar contra las metodologías extractivistas. No es solamente la minería que es extractivista, nuestros sistemas de metodología en Ciencias Sociales muchas veces son extractivistas también. Por eso me parece que hay aquí un campo de experimentalismo nuevo, y cuál es ese campo, ese campo voy a reducir en dos o tres ideas en donde este experimentalismo que tiene de alguna manera es nuestra respuesta ofensiva. O sea, la universidad está a ser desinstituida, a través de su transformación en una mercancía, en una empresa y esto es un proceso de desinstitucionalizar la universidad, desinstituirla. Por eso no estamos entrando en una fase constituyente ni instituyente de la universidad. La universidad tiene que saber refundarse en otras formas a través de la innovación y el experimentalismo.

Boaventura de Sousa Santos: “Cuanto más agresivo es el capitalismo, más necesita de racismo, de colonialismo y de patriarcado y es por eso que la lucha tiene que ser integrada y nuestro dilema es que la dominación es integrada: capitalismo actúa integrado con colonialismo y con patriarcado. La resistencia está fragmentada”

Una de las medidas que sale directo de esto es la extensión. La extensión nunca ha sido tan importante como hoy. Pero la extensión ha sido desviada por influencia del neoliberalismo, la extensión ha sido desviada para obtener fondos para la universidad, recetas para la universidad. Esta es una perversidad. Esto no es extensión. Eso es prostitución, básicamente. Entonces yo pienso que la verdadera extensión es la extensión que se dirige a poblaciones que no son solventes, que no pueden pagar nuestros servicios, por eso es que son nuestros, por eso es que con ellos trabajamos. Por eso extensión tiene que tener investigación.

Fíjense ustedes que la parte de extensión a pesar de estos jóvenes de 1918 la extensión fue siempre una dimensión relegada de la universidad. Hoy mismo no vale mucho para el ranking. ¿Cuál es el valor de la extensión para el ranking de nuestra universidad? Cero. Soy director científico en un centro de investigación largo en Europa, en Portugal, con 150 investigadores doctorados y tenemos un programa vastísimo que se llama CES va a la escuela, que nuestros investigadores y doctorandos van a trabajar con la escuela pública secundaria, trabajando con los profesores, con los niños en las escuelas. Miles y miles por año según las preferencias de las escuelas, por qué, porque en esta innovación pensamos que para buscar aliados la universidad va a tener que aliarse con la escuela pública secundaria en todos los países. Por eso tenemos este programa, pero ¿cuál es el valor del programa para el ranking? Cero. Lo que cuenta es los artículos publicados en lengua inglesa, esta cosa ridícula que un artículo mío de veinte páginas en inglés vale más que un libro de 400 páginas que he escrito en portugués. Hay una mafia de evaluación que tenemos que revertir a través de alianzas.

Les cuento que esta mafia es muy real. Yo estaba recién preparando una charla en los Estados Unidos cuando me di cuenta de un artículo de una revista que leo normalmente, Third quarter international es una revista para estudios poscoloniales, y veo un artículo de un profesor Bruskele profesor de la universidad estadual Portland que tiene este título: En defensa del colonialismo. Yo me quedo sorprendido, qué es esto. El señor defiende realmente que el colonialismo es una cosa que ha sido muy maltratada reciente con los estudios postcoloniales pero que históricamente el colonialismo fue una cosa buena y que además debía volver porque hay muchos Estados frágiles, Estados fracasados como decía antes que sería bueno se volvieran a hacer colonias, sería mejor para ellos, deberíamos crear nuevas colonias. Yo me quedé loco, cómo es posible esto. En una revista de estudios postcoloniales. Claro, fue un clamor enorme como ustedes podrán imaginar, quince miembros del International Border de la revista dimitió, algunos de ellos grandes amigos, los conocí a todos, pero por qué. Tenemos un peer review system, que todo dominado como ustedes saben, las revistas en inglés son dominadas por dos empresas, cuál fue el problema.

¿Una evaluación anónima? Cómo es que una evaluación anónima acepta un artículo que defiende el colonialismo de esta manera grosera, porque no es siquiera una defensa articulada científicamente digamos, es grosera, es casi una provocación. ¿Cómo? ¿Qué pasó? Es que realmente el artículo fue rehusado por el peer review inicialmente pero el editor de la revista hoy en día ustedes los jóvenes ven eso, que los editores de las revistas tienen las posibilidades cuando un artículo de buscar otros revisores, otros evaluadores y este editor fue buscar evaluadores que podrían tener una posición distinta, digamos así, y la posición fue aceptar el artículo.

Claro, el clamor fue enorme. Fue grande una gran turbulencia en el mundo científico en esta área en inglés por supuesto, y fue tanta que el autor eliminó el artículo de la revista, pero lo mantuvo en su página. Y si ustedes van a ver el número de noviembre o diciembre el artículo está allá, ahí escrito. Porque retiró de la parte electrónica, pero para la revista escrita en papel ya estaba producida y por eso ese artículo está, se llama The case for colonialism. Entonces estas son las miserias de nuestro sistema hoy en día. Es por eso que pienso que la extensión tiene que ser una manera de buscar una investigación cuyos evaluadores no son expertos anónimos, son la gente de nuestra comunidad. Con las cuales nosotros trabajamos, con las cuales podemos convivir y compartir parte de sus luchas. Es por eso que nos debemos saber que nuestro conocimiento tiene que ser también evaluado por ellos, claro. Tiene que ser evaluado científicamente por supuesto, pero eso no basta y es por eso que necesitamos de llevar después de un siglo a una y otra generación de extensión, lo que llamo la extensión al revés.

No es llevar la universidad para afuera es traer el conocimiento no universitario para dentro de nuestra universidad. El conocimiento popular, el conocimiento de las comunidades, y de las periferias. Eso me parece ser lo que nosotros hacemos y hay un experimento, y esta ciudad, esta universidad es pionera, porque realmente nosotros tenemos una iniciativa llamada la universidad popular de los movimientos sociales que nosotros impulsamos a partir del 2003 del foro social mundial y que fue aquí en 2007 mañana vamos a lanzar el primer libro de la UP, la universidad popular aquí en Córdoba. Dos veces que realizamos dos talleres de la universidad popular. ¿Para qué? Para dos cosas tan sencillas: para traer realmente por un lado un contacto más grande entre conocimiento académico y conocimiento popular y en segundo para que los diferentes movimientos se conozcan mejor. Porque hay prejuicios enormes entre conocimientos. Obreros contra el movimiento feminista, movimiento campesino contra el LGBTI, son prejuicios enormes que impiden la acción colectiva. Por eso nosotros de los talleres hay siempre diferentes movimientos siempre articulados con diferentes temas y aquí en Córdoba hace poco yo preguntaba si Monsanto se había instalado aquí en Córdoba y él me dijo que no. Yo me reí porque nosotros tuvimos aquí un taller para discutir eso durante dos días y discutimos aquí en Córdoba durante dos días sobre tener a Monsanto aquí en Córdoba, los problemas de la agricultura industrial. Ustedes saben cuál fue el movimiento más elocuente de nuestra reunión, no sé si alguno está por ahí, fue fabuloso, era un movimiento por la legalización de las prostitutas aquí en Córdoba.

Estas mujeres fueron fabulosas para defender a los urbanos al lado de los movimientos de derechos humanos, diferentes movimientos articulados para conocerse mejor y ahora en este momento hay varias universidades acá hay varias, aquí mismo el rector de la universidad de Rio Grande Do Sul que ya tenemos un convenio como aquí de Córdoba con la universidad para realizar talleres de la universidad popular de los movimientos sociales. Es una innovación a mi juicio muy interesante para llevar a que la universidad y la extensión la usen de una forma de extensión, una forma de intensidad. La universidad no tiene que ser extensa tiene que ser intensa. Y por ser intensa tiene que tener el conocimiento de afuera para dentro. Otra innovación, disculpen porque no quiero traspasar mi tiempo, es la red Sur – Sur. Estamos muy involucrados, son cosas muy concretas que les traigo porque soy un activista de la universidad también. Estamos aquí varios rectores de las universidades que estamos impulsando y me gustaría mucho que Córdoba y otros de este continente se junten a esta red, se llama una red Sur Sur de universidades. Es una respuesta al ataque, al acoso neoliberal. Demostrar que la internacionalización se da por el ranking, nosotros no. La nuestra internalización se da por la solidaridad y esa solidaridad es lo que caracteriza esta red Sur Sur.

Boaventura de Sousa Santos: “La extensión ha sido desviada para obtener fondos para la universidad. Esto es una perversidad. Esto no es extensión. Eso es prostitución, básicamente (…) la verdadera extensión es la que se dirige a poblaciones que no son solventes, que no pueden pagar nuestros servicios, por eso es que son nuestros, por eso es que con ellos trabajamos. Por eso extensión tiene que tener investigación”

Esta red Sur Sur es una red de universidades ya bastantes universidades públicas brasileñas y otras se van a juntar y vea lo que leo solo un párrafo del manifiesto y pido a todos después si quieren contacten conmigo o con rectores para poder realmente ampliar la red Sur Sur porque vamos realmente.

Dice: “La red Sur Sur se coloca entre aquellas que demandan una herencia por la lucha de las transformaciones. Son procesos de resistencia y de cambio que integran la ecología de saberes de los pueblos del sur que queremos cultivar. Proponemos colocar este saber del individuo y promover una traducción intercultural entre profesores, estudiantes, mujeres, jóvenes, negros, indígenas, artistas, sindicalistas, sin techo, sin tierra, comunidades LGTBI, una amplia diversidad de actores que tienen tanto para aprender juntos”. Esta es la idea de intensidad, de conocimiento. Esta es la red y los invito a todos a poder entrar.

Una palabra final. Palabras finales que de 1918 nunca la autonomía fue muy importante. Porque lo que el neoliberalismo está haciendo con la autonomía es una cosa perversa. Hablando con muchos rectores, algunos están completamente conscientes, otros no están conscientes. Es la autonomía hoy es una adhesión voluntaria a la heteronomía, es aceptar que tiene que ser así y se que es autonomía, no puede ser, la autonomía, la capacidad de decidir autónomamente los límites la autonomía. Porque si la universidad no nos interroga pasa a ser interrogada , si no nos cuestiona pasa a ser cuestionada, por eso autonomía tiene que ser cada vez más hoy muy contrahegemónica y por eso les digo, y con eso concluyo, si esta universidad está en una fase instituyente, que para profundizar  mantener su identidad con su derecho a la universidad como un bien común tiene que transformar muchas de sus ideas del pasado para seguir adelante con fuerza y con resistencia, entonces ella tiene que tener esta característica que ya no va a ser una universidad, va a ser una pluriversidad. Nuestras universidades van a ser cada vez más pluriversidades y deben admitirse, y dentro de décadas quizás hablaremos de la pluriversidad de Córdoba, la pluriversidad de Buenos Aires, etcétera, pero no es todo. Es que el ataque del neoliberalismo es tan grande que no estoy seguro que eso no exija otro neologismo que les traigo hoy aquí para concluir. Y que la universidad tiene que pasar a la pluriversidad, pero para garantizar la pluriversidad, tiene que ser también una subversidad, muchas gracias a todos.

@AAUNAHUR