El Titular del Instituto Internacional de la Unesco para la Educación Superior en América Latina y el Caribe (IESALC-Unesco), Francesc Pedró, estuvo en la Universidad Nacional de Hurlingham (UNAHUR). En una breve entrevista, reflexionó sobre los setenta años de gratuidad universitaria en la Argentina y sobre el panorama internacional del acceso a los estudios superiores.

A continuación, sus principales conceptos:

– La Argentina se está convirtiendo, a medida que el contexto político internacional evoluciona, en uno de los pocos países faro en materia de gratuidad universitaria. Bien es verdad que la gratuidad es un primer paso, pero solo con ella no basta: debemos completar esa medida con mecanismos de apoyo financiero a los estudiantes para que la educación superior sea accesible para todos y todas. Sin esos apoyos financieros, el estudiante que necesita utilizar la gratuidad, probablemente, no tenga suficiente.

– El panorama internacional no es favorable a la gratuidad. Se va instalando como mayoritario un modelo que podríamos denominar de “gratuidad selectiva”. Es decir, se intenta facilitar el acceso de aquellos estudiantes que pertenecen a los sectores socioeconómicos en mayor desventaja y se les ofrece la gratuidad y cierto apoyo financiero. Pero para los demás se da por descontado que deben abonar los aranceles y hacerse cargo de tantos gastos como sea posible.

– La discusión internacional gira alrededor de hasta qué punto la educación superior debe ser considerada como una inversión personal que beneficia principalmente al individuo; o, por el contrario, como defendemos desde la Unesco, debe ser considerada, por encima de todo, un bien público y social. En esa media, es responsabilidad de los estados garantizar que todas aquellas personas que tengan la capacidad y la voluntad de hacerlo puedan acceder a los estudios universitarios.

– Aunque es verdad que existen muchos beneficios individuales, hay muchos beneficios sociales que son más importantes. En definitiva, un país más educado es un país que tiene más probabilidades de ver consolidado su sistema político democrático. Es un país que tiene, probablemente, mejor horizonte desde un punto de vista de productividad económica y, sin lugar a dudas, también de innovación tecnológica. Además, un país más educado es también un país más solidario internacionalmente y más capaz de contribuir a un modelo de desarrollo sostenible. En el fondo, es lo que hará que nuestro planeta nos sostenga a nosotros durante, si es posible, muchos siglos más.

@AAUNAHUR