Los campamentos universitarios construyen otras escenas de enseñanza y aprendizaje. Por eso, la Universidad Nacional de Hurlingham (UNAHUR) ofrece esta experiencia, de manera gratuita, para los estudiantes de sus profesorados.

“No hay solamente un componente recreativo en los campamentos: la idea es que tengan un fuerte contenido académico y pedagógico; que los estudiantes incorporen conocimientos vinculados con su tarea. Por otro lado, fortalecen la comunidad universitaria”, sostiene Pablo Urquiza, director del Instituto de Educación. Este tipo de experiencias suelen asociarse al ámbito escolar o, cuando suceden en las universidades, a iniciativas promovidas por organizaciones políticas. Sin embargo, son herramientas potentes para aprender fuera del aula y de manera interdisciplinaria.

Claudia Torre, directora del Profesorado Universitario de Letras, considera que existe el prejuicio de que el campamento solo puede estar destinado a estudiantes de Educación Física. “Esta es una idea que no compartimos, porque pensamos que la persona que está en formación universitaria puede aprovechar la experiencia. Es decir, para cualquier estudiante puede ser interesante disfrutar de la vida al aire libre y de la relación con la naturaleza; tener tiempo para leer; conocer mejor a sus compañeros de estudio”.

Fernández Souto: “No todo se aprende en el aula; podemos enseñar y aprender en cualquier ambiente”.

Los días 25 y 26 de octubre, Torre compartió con Adriana Fernández Souto –directora del Profesorado Universitario de Biología– un campamento junto con los y las estudiantes de sus respectivos profesorados. La experiencia tuvo lugar en San Pedro y también se acercaron al lugar Pablo Urquiza y el rector de la UNAHUR, Jaime Perczyk. “Una de las enseñanzas que queremos dejar –reflexiona Fernández Souto– es que no todo se aprende en el aula; podemos enseñar y aprender en cualquier ambiente. En general, esto lo decimos pero no lo hacemos. Entonces, es importante vivir la experiencia con los y las estudiantes”.

La organización del campamento atendió específicamente a las necesidades e intereses de quienes asistirían. Cuenta Torre: “Llevamos un número importante de libros de la biblioteca y microscopios. Quizá este tipo de elementos no están asociados a la cultura más tradicional del campamento, sino a una nueva experiencia ligada con el goce en el aprendizaje y en el conocimiento”. Por su parte, Fernández Souto subrayó el carácter interdisciplinar de las actividades planificadas: “Cada una, desde su disciplina, pensó en cómo interesar a todos y a todas. También había estudiantes practicantes del Profesorado Universitario en Educación Física que se enriquecieron con la experiencia”. Y acota Torre: “En un momento estábamos observando un árbol y unos estudiantes de Letras hablaban de la estética de ese árbol; debatían si era gótico o no. Otros estudiantes de Biología, en cambio, intentaban explicar por qué ese árbol se había secado y determinar si se trataba de una especie exótica y o nativa”.

Es importante subrayar que el campamento llevo un largo proceso de preparación del que participaron docentes de la UNAHUR. En ese sentido, algunas de las actividades realizadas durante los dos días compartidos en San Pedro estuvieron rigurosamente planificadas. “Desde el Profesorado de Biología –relata Fernández Souto– preparamos un juego que consistía en resolver un asesinato ficticio que habría ocurrido en el lugar del camping. Se buscaba determinar quién era el asesino a través de huellas digitales y de secuencias de ADN. En paralelo, se iba construyendo un relato de cómo podía haber sido ese asesinato”.

Torre: “Escribimos microscopías literarias. Se trata de textos breves que son el fruto de la observación”.

Las caminatas fueron otra de las propuestas. “Escribimos microscopías literarias (un tipo de textos que inventamos) –explica Torre–. Se trata de textos breves que son el fruto de la observación, en los que se aplican técnicas de la poesía y la literatura. Esto tiene un antecedente en el mundo cultural: los escritores y los filósofos que caminaban y pensaban”. Y añade: “Las actividades de escribir o de pensar no son puramente mentales; son actividades corporales completas”. Durante el campamento, además, se proyecto la película XXY, dirigida por Lucía Puenzo.

“Siempre es bueno el encuentro de los estudiantes entre sí, con los trabajadores del área de mantenimiento y de servicios generales de la Universidad que hicieron el trabajo de la cocina, y con profesores que pueden ser vistos en otra escena que no es la del aula” –observa Urquiza–. Me parece que es algo que fortalece muchos los lazos”. Torre destaca que uno de los objetivos del campamento es que cuando los y las estudiantes sean profesores puedan replicar la experiencia con sus propios alumnos y alumnas. “Que la Universidad financie este tipo de actividades significa que se las considera importantes para la formación de nuestros futuros docentes”, agrega Fernández Souto.

Del 6 al 8 de noviembre se realizó el campamento del Profesorado Universitario en Educación Física; mientras que los días 22 y 23 de noviembre se llevará adelante el de estudiantes de los profesorados universitarios de Inglés y de Matemática.

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