Podría parecer extraño: una estudiante de Biotecnología leyendo cinco novelas en un cuatrimestre; un estudiante de Ingeniería Metalúrgica acercándose a la historia del rock nacional; una futura profesora de Letras estudiando contenidos de Astronomía. Estas son algunas de las posibilidades que habilitan las materias UNAHUR.

Luis Bamonte, magíster en Educación Física y Deporte, es el coordinador de las materias UNAHUR: “El resto de las asignaturas tiene un anclaje en alguno de los cuatro institutos de la Universidad –explica–. En cambio, las materias UNAHUR dependen directamente de la Secretaría Académica. Entonces, soy el referente de docentes que, en muchos casos, no dependen de ningún Instituto”.

Las materias UNAHUR son parte del diseño curricular de todas las carreras de la Universidad. Cada estudiante de las carreras de grado debe cursar dos de ellas para completar su formación y cada estudiante de las tecnicaturas, una. De esta manera, se suman a otras cuatro asignaturas que constituyen el campo de formación común (Inglés I y II; Nuevos entornos y lenguajes: la producción de conocimiento en la cultura digital; y Programación).

Actualmente, la Universidad ofrece 23 materias UNAHUR que abordan una gran diversidad de temáticas y disciplinas. Literatura, cine, educación sexual integral (ESI), música, manipulación de alimentos, astronomía, robótica, pensamiento nacional, Islas Malvinas, geología y filosofía son algunos de los campos del saber en los que puede profundizar cualquier estudiante de la institución, independientemente de la carrera que curse.

¿Para qué?

Si bien existe la posibilidad de que las y los estudiantes elijan materias afines a sus carreras, la apuesta de la UNAHUR es acercar contenidos que estén algo más alejados del Instituto de pertenencia. “Es una forma de enriquecer las miradas –opina Bamonte–. Por ejemplo, uno podría pensar que quienes eligen cursar Robótica son estudiantes de Ingeniería, sin embargo, también la eligen estudiantes de profesorados, de Enfermería o de Kinesiología. Para la formación de cualquier persona es muy interesante la inclusión de conocimientos básicos de la robótica o que se pueda tener una aproximación al arte”.

Así, la Universidad piensa la formación en un sentido amplio y, al mismo tiempo, mantiene la rigurosidad para este grupo de 23 materias: “Es como cualquier otra materia de la UNAHUR –aclara Bamonte–. Hay que cursarla y aprobarla con el mismo régimen académico”. El coordinador también detalla algunas de las posibilidades que se ofrecen: pueden realizarse prácticas de programación de robots, se visitan museos para poner en juego aspectos teóricos sobre el arte vistos en clase, o se gestiona la posibilidad de asistir en grupo al teatro. La UNAHUR, además, garantiza todos los recursos para que cada estudiante pueda tener acceso a las prácticas necesarias para completar la formación en cada campo del saber. Dice Bamonte: “Quien cursa aquí tiene que poder ver la película en la Universidad. Cuando hay que realizar visitas a museos, teatros, etc., se asegura el transporte y, cuando el ingreso no es gratuito, se pagan las entradas. Estas actividades son parte de la clase; son una manera de ampliar los límites de las aulas”.

Bamonte: “La UNAHUR garantiza los recursos para que cada estudiante pueda tener acceso a las prácticas”.

Detrás de la propuesta de las materias UNAHUR, hay una premisa: las experiencias formativas no se pierden, incluso en los casos en los que no resulta posible finalizar una carrera. De esta forma, se realza el valor que tiene el paso por la Universidad para la formación general de cualquier persona. Quizá no se trate de un valor cuantificable, pero no deja de tener un valor formativo que un kinesiólogo tenga nociones de Geología o que una ingeniera pueda estar preparada para disfrutar de la visita a un museo.

La totalidad de las materias UNAHUR tienen una carga horaria de 32 horas cuatrimestrales, aunque pueden variar las modalidades de cursada. “La mayoría –explica Bamonte– son presenciales y con encuentros semanales de dos horas, pero también hay cursadas semipresenciales que utilizan el campus virtual. Otras veces se requiere de encuentros quincenales del doble de duración, para que los y las estudiantes, por ejemplo, tengan tiempo de ver algunas películas.

Algunas experiencias docentes

Octavio Miloni es doctor en Astronomía y profesor de la Facultad de Ciencias Astronómicas y Geofísicas en la Universidad Nacional de La Plata (UNLP). También dicta Matemática Especial en las carreras de Ingeniería de la UNAHUR. “Estoy acostumbrado –cuenta– a dar mis materias frente a grupos muy reducidos de estudiantes. Salgo de una comisión de cuatro estudiantes en Matemática Especial y entro a otra de cien estudiantes, en el caso de la materia UNAHUR”. La asignatura en cuestión se llama Astro: Relación de la Humanidad con el Cosmos, y la dicta junto con Juan Luna, también doctor en Astronomía.

“En esta materia UNAHUR –detalla Luna–, estudiamos la relación que la humanidad ha tenido con el Cosmos, desde la mera contemplación y fascinación hasta la modelización físico-matemática de los problemas astrofísicos actuales”. Y agrega: “La materia trata de ofrecer una visión global del universo y de cómo la humanidad está ubicada en esa inmensidad. Es una materia muy amigable, ya que no tiene matemática ni física a nivel de ecuaciones. Damos desde una noción básica sobre cómo ubicarse en el cielo hasta cómo se originó el universo. Hablamos de cosas interesantes, como la materia oscura, la energía oscura, etc.”.

Miloni, por su parte, intenta explicar la fascinación que genera la Astronomía entre el estudiantado de otras disciplinas: “El cosmos y el universo generan curiosidad desde tiempo inmemoriales. El problema es que, muchas veces, esa curiosidad no encuentra cómo formularse. No sabríamos cómo encarar y cómo sistematizar la curiosidad para poder aprender cosas respecto del cosmos”. En el mismo sentido, añade Luna: “Siempre nos llamó la atención que en cualquier ambiente la Astronomía produce fascinación. Todo el mundo tiene una pregunta sobre el universo. La idea fue armar una materia que tratase de responder, muy globalmente y de manera bastante didáctica, muchas de esas preguntas”. Por otra parte, los profesores señalan que los contenidos vistos ayudan a desmitificar muchas de las cuestiones que circulan de boca en boca o en los medios de comunicación.

Luna: “Siempre nos llamó la atención que en cualquier ambiente la Astronomía produce fascinación”.

Si bien es un desafío enfrentarse con cien estudiantes con perfiles, formaciones e intereses tan diversos, la experiencia también resulta enriquecedora para los propios docentes. Dice Miloni: “Cuando se trabaja con personas de una misma carrera, se cuenta con un perfil determinado de estudiante. En esta materia, en cambio, no todos van a buscar lo mismo. Incluso, hay gente que va a buscar algo muy distinto de lo que termina encontrando, y también termina fascinada”. Luna también señala algunos aportes de quienes cursan la materia: “Las personas de otras disciplinas nos ayudan a pensar. Por ejemplo, un de las maneras en que contribuye la astronomía a la humanidad tiene que ver con el desarrollo tecnológico. Cuando uno quiere ver algo, debe desarrollarse el instrumento para hacerlo. La gente de Ingeniería tiene muchas ideas nuevas y eso a nosotros nos viene bien”. Además, señala un punto de intersección entre la Astronomía y la Biología: “Hay un área nueva que se llama la Astrobiología, y se dedica a buscar vida en otros planetas. La gente que se dedica a la Biología, a la Biotecnología también puede contribuir con nosotros”.

La escritora, profesora de expresión corporal y licenciada en Gestión Educativa, Raquel Robles, dicta, desde 2018, la materia Literatura y Memoria. “Leemos libros teniendo en cuenta que la memoria y la escritura son las herramientas que nos estructuran como generación, como cultura y como seres humanos”. Y reflexiona: “La literatura puede incluso ser más verdadera que la verdad misma”.

La materia en cuestión procura pensar la memoria como categoría política y trabaja con obras literarias ligadas a las experiencias de la Segunda Guerra Mundial y a la dictadura cívico-militar que sometió al pueblo argentino entre 1976 y 1983. “En ambos casos, profundiza Robles– vemos las cuestiones históricas como contexto, porque pensamos mediante qué procesos literarios los autores y autoras trabajaron la memoria”. La lectura literaria también se apoya en la lectura de distintos textos teóricos.

Robles resalta que la mayoría de sus estudiantes no provienen del Profesorado Universitario de Letras: “Me encanta trabajar con esa transversalidad, no solo de carreras sino también de edades. Tenemos estudiantes que vivieron durante los años setenta y estudiantes que acaban de terminar la escuela secundaria”. A continuación, argumenta: “La literatura es importante para cualquier carrera, porque implica transitar distintos imaginarios. Es muy bueno saber que existen otros mundos y ponerse en los zapatos de otras personas que vivieron en otro tiempo histórico, o que vivieron otras realidades. Para tener una actitud empática es importante imaginarse viviendo la vida de la otra persona”.

Robles: “Para tener una actitud empática es importante imaginarse viviendo la vida de la otra persona”.

Lo que más rescata Robles de su experiencia a cargo de Literatura y Memoria es que muchas y muchos estudiantes pudieron, por primera vez, leer libros completos de ficción. “En un cuatrimestre –relata–, leemos al menos cinco libros completos de ficción. Doy conceptos teóricos y literaturas muy complejas. No leemos una literatura lineal. La experiencia es alucinante, porque nadie es igual después de haber leído esos textos”.

La voz estudiantil

Las experiencias estudiantiles con las materias UNAHUR son de lo más variadas. Hay quienes optan por asignaturas más afines a sus carreras; quienes se arriesgan con saberes que les resultan ajenos; y quienes disponen de muy poco tiempo libre y tienen que prestar mucha más atención a los horarios de cursada.

Mariana Romero es estudiante del Profesorado Universitario de Inglés y recuerda de muy buena manera su cursada de Innovación y Creatividad. “La verdad es que el nombre de la materia fue lo primero que me llamó la atención”, dice. “En aquel momento, el objetivo principal era crear un proyecto grupal que fuera innovador y creativo. Es decir, teníamos que pensar cuál iba a ser el proyecto, a quién iba dirigido, qué herramientas e insumos iban a necesitarse y realizar un estudio de mercado. Todo eso en el transcurso de la cursada”.

El grupo de Romero presentó un proyecto para la fabricación de placas de plástico reciclable. Esas placas tendrían diferentes usos: desde la fabricación de pupitres hasta la construcción de casas. El proyecto, además, pudo ser presentado en una feria de tecnología que había organizado la Universidad. La estudiante también recuerda que otro de los grupos había diseñado un proyecto para la recolección de agua de lluvia. “Lo bueno de estos proyectos –considera– es que podían ponerse en juego conocimientos que traían estudiantes de otros institutos”.

Damián Santillán es estudiante de Profesorado Universitario en Educación Física y también tuvo una experiencia interesante con la materia Problemas Filosóficos. “No éramos un grupo muy numeroso y eso nos permitía trabajar de manera colectiva. El resto de los y las estudiantes eran de otras carreras”, relata. Lo que más valora Santillán de su experiencia con esa materia es el esfuerzo por vincular los conceptos filosóficos abordados con los problemas de la actualidad: “Por ejemplo, fue muy interesante cómo aplicamos el concepto de deconstrucción a nuestra realidad contemporánea”.

El estudiante hace hincapié en la necesidad de valorar las materias UNAHUR: “Como no son correlativas con otras materias de las carreras, a veces solemos darles menos importancia. Creo que eso es un error. Además, son materias totalmente recomendables para quienes están en sus primeros años de carrera, porque también se aprende de compañeros y compañeras de otras carreras y de otras edades”.

Cuatro años de materias UNAHUR

“Nuestro balance es positivo, si tenemos en cuenta que en estos cuatro años fuimos ampliando la oferta de materias y la variedad de temas”, subraya Bamonte. El coordinador de las materias UNAHUR también destaca que las cursadas, en muchos casos, son muy numerosas y heterogéneas. Por otra parte, también valora que en todos los institutos haya mucho interés en asuntos vinculados con la ESI.

Bamonte: “Hay estudiantes que terminan muy contentos porque leyeron por primera vez varias novelas o porque pudieron conocer un teatro”.

Bamonte recuerda los inicios de la propuesta: “Tuvimos que encontrar la manera de informar bien de qué se trataban las materias. Por eso, en la página web, el nombre de cada materia está acompañado por una reseña breve. El objetivo es que el estudiantado pueda elegir lo que realmente le interesa”. Y agrega: “Hay estudiantes que terminan muy contentos porque leyeron por primera vez varias novelas o porque pudieron conocer un teatro. Se rescatan mucho esas cuestiones. Hay quienes reafirman intereses y quienes conocen cosas nuevas”. No obstante, opina que lo fundamental es escuchar lo que los y las estudiantes tienen para decir al respecto.

El coordinador de las materias UNAHUR también rescata la trayectoria y la formación de muchas y muchos de los docentes. Además de ofrecer la experticia en cada área de saber, resalta Bamonte, “dan clases con la misma pasión que puede hacerlo cualquier profesor que recién se inicia en el oficio”. Por último, llama la atención sobre la riqueza que ofrece una experiencia atravesada por la heterogeneidad de edades, disciplinas y recorridos de vida: “Convive gente de 18 años que pisa por primera vez una universidad con estudiantes de la Licenciatura en Educación que ya tienen hecho un profesorado”.

@AAUNAHUR