“Lo que representa el laboratorio de diagnóstico de COVID-19 de la Universidad Nacional de Hurlingham (UNAHUR) va mucho más allá de ofrecer otro nodo a la red de laboratorios de la Provincia de Buenos Aires que carga datos en el Sistema Integrado de Salud Argentino (SISA)”, reflexiona Juan Pedrosa, secretario de Investigación. A un año de la puesta en funcionamiento del laboratorio, es momento de preguntarse todo lo que esta experiencia aporta a la universidad y a la comunidad.

La irrupción de la pandemia obligaba a actuar rápidamente. Se adaptaron las instalaciones de un laboratorio del edificio Malvinas Argentinas. Se contrató y se capacitó personal. Se adquirieron un termociclador real time, microcentrífugas especiales, dos cabinas de bioseguridad y todos los insumos necesarios para realizar los análisis. Se invirtieron fondos propios por un total de 6 millones de pesos. Y así, el 19 de agosto de 2020, el laboratorio de diagnóstico de COVID-19 ya estaba procesando testeos de los municipios de la región sanitaria VII: Hurlingham, Morón, Tres de Febrero, Ituzaingó y Moreno, entre otros. “Pusimos todas las capacidades y recursos de la universidad al servicio del combate de la pandemia. Lo que no teníamos lo transformamos en decisión y pudimos poner rápidamente en marcha un laboratorio que ya lleva más de un año de funcionamiento y es un orgullo para toda la universidad”, afirma Walter Wallach, rector en ejercicio de la UNAHUR.

Antes de las 8 a.m., ya está en el laboratorio la parte del equipo que recibe las muestras que llegan en una ambulancia. Se recogen al aire libre y de acuerdo con un estricto procedimiento. Las muestras están contenidas en triple envase y se conservan en una heladera. La parte más riesgosa del proceso se lleva a cabo en un laboratorio con una contención especial de bioseguridad. Allí se abren las muestras biológicas y se registra el contenido de los tubos. En ese recinto, se inactiva el virus para que pueda ser manipulado con menos riesgo en el laboratorio general, donde se termina el proceso de extracción y aislamiento del ácido nucleico de ese virus. Por último, se emplea la técnica de reacción en cadena de la polimerasa (la famosa PCR), que da el resultado del análisis.

El proceso lo describe la Dra. María José Dus Santos, recientemente reconocida por el Concejo Deliberante de Hurlingham como ciudadana ilustre del municipio por su tarea en este nuevo laboratorio. La doctora en Química Biológica e investigadora independiente del Conicet coordina los equipos a cargo del procesamiento de los testeos (integrado por docentes, investigadores/as, estudiantes y egresados/as) junto con la Lic. Adriana Fernández Souto, directora del Profesorado Universitario de Biología; la Dra. Marcela Pillof, directora de la Licenciatura en Biotecnología; y la Dra. Marina Mozgovoj. “Todo el equipo trabaja de una manera incansable y, obviamente, tanto Marina como Marcela y Adriana se ponen el laboratorio al hombro y trabajamos las cuatro a la par”, afirma.

Una vez obtenido el resultado de cada muestra, se vuelca en los libros de protocolo y se informa el resultado en el SISA. En esta tarea, las y los estudiantes desempeñan un rol fundamental. Hasta la fecha, se llevan procesados más de 25.000 muestras y los testeos no se interrumpen desde el primer día de funcionamiento del laboratorio.

Dus Santos, formó parte del equipo del INTA que capacitó al personal de algunos hospitales en cuestiones técnicas relativas al diagnóstico virológico y, en ese momento, también comenzó su relación con la UNAHUR. “Armamos el diseño y los procedimientos para comenzar a trabajar en la universidad –cuenta–. Teníamos el doble desafío de adecuar las instalaciones para el diagnóstico y de capacitar al personal en esta tarea tan específica”. La investigadora está más que conforme con los resultados obtenidos: “Pudimos adaptar perfectamente las instalaciones, se hicieron las obras en tiempo récord y garantizamos la división de espacios. Todo lo que era necesario para trabajar de manera segura y eficaz. La gente se capacitó y aprendió muy rápido. Es un equipo excelente”.

El 27 de enero de 2021, además, se comenzaron a recibir muestras para testeo por pooles, correspondientes a los municipios de Hurlingham, Ituzaingó, Marcos Paz y Morón. Esta estrategia, apropiada para etapas en las que se registran bajas en la cantidad de casos positivos y se quiere avanzar hacia la apertura de nuevas actividades, consiste en realizar muestras a la totalidad de un grupo que desarrolla alguna tarea en un mismo espacio. En caso de que se registre algún contagio, pueden tomar las medidas de cuidado pertinentes (por ejemplo, la suspensión de un turno de trabajo en una fábrica). Los establecimientos testeados por pooles fueron geriátricos, jardines maternales, hogares asistenciales y empresas privadas. “Se detectó el genoma viral en un 16% muestras analizadas”, informan las coordinadoras del laboratorio.

Empezar por el territorio

“En las ciencias –explica Pedrosa–, predominó siempre el modelo lineal: se empieza con investigación básica para pasar luego a la investigación aplicada y realizar un desarrollo o una aplicación en el territorio. En la UNAHUR, siempre pensamos en un camino alternativo. Es decir, partir desde las necesidades del territorio hacia la investigación básica. Es un camino muy complicado, pero esta experiencia permitió que cumpliéramos muchas de esas cosas que proyectábamos”.

En primer lugar, el laboratorio de diagnóstico puso en funcionamiento, de manera integral y simultánea, cuatro dimensiones fundamentales en una universidad: docencia, investigación, vinculación con la comunidad (específicamente, con el sector de la salud) y servicio asistencial. Añade Pedrosa: “No es fácil que varios y varias estudiantes puedan trabajar en un laboratorio. La propia tecnología y los espacios de los laboratorios suelen imponer algunas restricciones. Sin embargo, formamos un equipo bien diverso conformado por estudiantes, graduados/as, investigadoras expertas del Conicet, investigadores/as junior y técnicos/as.

Por otra parte, esta experiencia tuvo un rol crucial en la formación de recursos humanos. Así, durante 2020, cinco estudiantes de la Licenciatura en Biotecnología ingresaron al equipo estable del laboratorio de diagnósticos (tres de ellos se graduaron con el trabajo final que allí realizaron). “Cuando se reestructura el equipo luego de la primera ola, los dos primeros egresados de Biotecnología de la UNAHUR (Juan Velázquez y Sofía Blanc) entraron como técnicos a la planta permanente de la universidad. El resto permaneció con alguna beca. No son logros fáciles de encontrar en el sistema universitario”, asegura Pedrosa.

El laboratorio, en tercer lugar, permitió el avance en distintos proyectos de investigación. Uno de ellos, a cargo del Dr. Ezequiel Consiglia, director del Instituto de Salud Comunitaria, consistió en el estudio de seroprevalencia para SARS-CoV2 en la población de Hurlingham. Así, se detectaron distintas variantes del virus con circulación en el municipio. Asimismo, el Instituto Nacional de Cáncer, bajo la dirección de Natalia Calienni, desarrolló allí un estudio epidemiológico sobre casos sospechosos de COVID-19 en concomitancia con enfermedades oncológicas en los municipios de Hurlingham e Ituzaingó.

Por último, esta iniciativa de la UNAHUR realizó una contribución importante al Proyecto País (Proyecto Argentino Interinstitucional de Genómica de SARS-COV-2). Se realizaron 282 muestras para vigilancia activa de variantes y unas 90 muestras para la vigilancia general de cepas circulantes en Hurlingham, Ituzaingó, La Matanza, Morón, Merlo, Moreno, San Miguel, Tigre y Quilmes, entre otros. “Empezamos como un nodo de procesamiento de muestras y luego nos involucramos en la vigilancia activa de variantes”, detalla Dus Santos.

La puesta en marcha de un laboratorio de diagnóstico, tanto para la región como para la universidad, fue, desde el punto de vista tecnológico, muy importante. “El impacto que esto tiene es inconmensurable. Nos deja absolutamente equipados con alta tecnología, deja una actividad que va a seguir funcionando en la UNAHUR y que abarca todas sus funciones sustantivas”. El laboratorio paso a ser un lugar donde se están pensando tesis de doctorado en biología molecular: “En la convocatoria de PIUNAHUR que cerró recientemente –informa el secretario de Investigación–, se presentaron dos proyectos de investigación y dos postulaciones a becas de doctorado para trabajar allí”. Cuando esta pandemia acabe, el laboratorio podrá seguir aportando a la formación, a la investigación y al vínculo con el territorio.

@AAUNAHUR