Díganme Ringo es una biografía del boxeador argentino Oscar Natalio Bonavena. El libro se lee como una crónica extensa, que mantiene la atención y la expectativa hasta las páginas finales. Además, tiene otras dos bondades: no está escrita desde el lugar del fanatismo por una celebridad y, al tiempo que habla de Bonavena, retrata una época y un ambiente muy específicos.

Hincha de Huracán, ídolo en Parque Patricios, pendenciero, bromista, bravucón, políticamente incorrecto. Boxeador duro al que en 68 peleas, como relata Fernández Moores, “nadie había logrado imponerle la cuenta de diez”. Su asesinato en un burdel de Nevada, en mayo de 1976, estuvo mucho más asociado a su vida fuera del ring que a sus éxitos y fracasos en un deporte que en esos tiempos era uno de los más populares de la Argentina.

Fernández Moores usa un recurso muy transitado, pero efectivo. Comienza por el asesinato del boxeador de la Quema en Nevada, recrea diálogos, restituye climas. Transporta a los lectores. El segundo capítulo recupera el orden cronológico y nos lleva a la infancia del protagonista. El cronista lo describe sin concesiones: “el Titi fue la pesadilla del barrio, aunque luego –porque se convirtió en Ringo, y porque murió como murió– sería recordado como ‘el Quijote del barrio, incapaz de agredir a nadie, pero siempre listo para defender a todos”.

El autor de esta biografía es, sin dudas, uno de esos pocos periodistas deportivos respetados en el país. Sus participaciones más destacadas siempre tuvieron lugar en diarios y revistas locales, aunque también escribió para medios extranjeros. Recibió los premios Konex y TEA y, en 2010, publicó otro libro, Breve historia del deporte argentino.

Cada paso en la vida de Ringo está ubicado en su contexto histórico; cada avatar familiar de la familia Bonavena está asociado a las contingencias políticas y económicas. También hay otro telón de fondo: la historia mundial del boxeo desde 1955 hasta el año de la muerte de uno de los pesos pesados más conocidos de la Argentina. En la biografía de Fernández Moores están presentes el sacrificio del púgil de orígenes modestos –corría por Central Park con papel de diario bajo el buzo para combatir el frío–, pero también sus exabruptos y sus acciones menos nobles: En 1963, cuando en los Juegos Panamericanos peleó con el estadounidense Lee Carr, “Ringo perdió la cabeza y le dio un tarascón en la tetilla derecha”.

El punto más alto de esta crónica coincide con el punto más alto de la vida de Bonavena: la pelea contra Muhammad Alí en el Madison Square Garden. Este combate, transmitido por Canal 13 el 7 de diciembre de 1970, “ostentó durante veinte años el mayor rating de la historia de la televisión argentina, 79.3 puntos”. La dureza del gancho que Ringo le conectó a Alí en el noveno round, como en la mejor tradición de la épica, es expuesta por el propio afectado. Dijo uno de los mejores pesos pesados de la historia: “Fui golpeado con un gancho más duro del que pudo disparar jamás Frazier. ¡Quedé adormecido! Todo lo que sentí fueron choques y vibraciones; así fue como supe que estaba vivo”.

En Díganme Ringo destacan la recreación de los diálogos, la recuperación de pequeñas anécdotas que “pintan” a los personajes que se presentan y, en algunos pasajes, descripciones muy bien logradas. Se trata de un libro que permite conocer la historia un deporte, que nos acerca a un período de la Argentina y que nos muestra la excepcionalidad de la vida de un boxeador en ese “ring” tan bien delimitado.

@AAUNAHUR