El sábado 16 de julio, Rita Segato y José Tasat visitaron la Universidad Nacional de Hurlingham (UNAHUR) para conversar sobre pedagogías decoloniales. El encuentro estuvo coordinado por el profesor Javier Río, en el marco del Seminario de Pedagogías Latinoamericanas de la Maestría en Política Educativa. También participó del panel la profesora Marcela Martínez.  

Tasat es doctor en Educación y se dedica a la estudio de los aportes originales del pensamiento latinoamericana, también en el campo de la educación. Segato quizá sea la antropóloga argentina más reconocida de su generación y, además, sobresale por su compromiso con el activismo feminista. Dado el interés que concitan estas figuras, se extendió la invitación a personas que no son estudiantes de la Maestría. Incluso, muchas personas siguieron la actividad por streaming.

Segato y Tasat se explayaron sobre los cambios de paradigma entre la década del setenta – cuando se hablaba de liberación– y la contemporaneidad, cuando comenzó a instalarse el concepto de decolonialidad. Por otra parte, se detuvieron a analizar los desafíos que encuentra la decolonización en el terreno educativo actual y en las políticas que podrían favorecer ese proceso, tanto en la Universidad como en el resto del sistema educativo. Los invitados, además, rescataron concepciones educativas de avanzada y forjadas en la propia tradición de nuestro continente, que no son las más consagradas dentro del campo educativo.

Luego, muchos de las y los educadores presentes realizaron preguntas sobre la coyuntura de la educación. A continuación, se reproducen algunos extractos de las intervenciones de Tasat y de Segato.

La antropóloga feminista se expresó sobre la jerarquía jurídica: “Los derechos son relativos. Existen tribunales que van a determinar cuál derecho va a ser considerado prioritario sobre otro. Incluso, el derecho a la vida es relativizado en países donde existe la pena de muerte y en las guerras. Solo existe un derecho que no tiene relatividad posible: el derecho a no ser torturado. La tortura es el derecho supremo no relativizable”. Luego, se refirió a la dificultad que ha tenido la Antropología para ingresar al sentido común. En ese sentido, aludió a la necesidad de que la escuela abandone nociones evolucionistas: “Es un esfuerzo brutal, pero implicaría una transformación completa en la educación”.

En una misma línea, contraria al evolucionismo, Tasat recuperó el pensamiento de Kusch: “Nos denominamos modernos porque despejamos todo lo otro que quedó en la antigüedad. En realidad, nuestro pasado es moderno y nuestro futuro es ancestral”.       

Luego, Segato subrayó las posibilidades de inaugurar una nueva retórica escolar. En ese sentido, defendió el rol que puede cumplir el feminismo: “La definición central de mi política es la defensa de un mundo sin hegemonía. O sea, radicalmente plural. Y el feminismo se ubica ahí. Si el feminismo o ciertas vertientes no son pluralistas es porque no son feministas. El feminismo tiene que ser pluralista porque es lo que transforma el mundo de verdad”.

“¿Cómo hacer una nueva retórica? –se preguntó Tasat–. Primero, valorando nuestra práctica. El modelo a seguir siempre es del otro. Nos constituimos desde esa condición de desvalorizar nuestra propia acción; desde la inhibición constante de la acción. Tenemos que tener el imperio fuerte de poder pensar”.

@AAUNAHUR