El pasado 8 de septiembre, se desarrolló el primer encuentro de la séptima edición de Las palabras y las cosas, ciclo dirigido por los docentes del Profesorado Universitario de Letras de la Universidad Nacional de Hurlingham Carlos Battilana y Martín Sozzi. La invitada: la Dra. en Lingüística Daniela Lauría. Este año, con el regreso a la presencialidad, “la propuesta es pensar el concepto de sensibilidad americana”, presentó Claudia Torre, directora del Profesorado.

“Formaron parte de este ciclo poetas, ensayistas, narradores, músicos y críticos literarios”, introdujo Battilana. “Sensibilidad americana –prosiguió– es una categoría del poeta peruano César Vallejo, que se busca en el campo poético y también en la lengua. El vanguardismo de Vallejo es realmente americano; no epigonal. Creo que le interesa en Rubén Darío ese giro americano a los movimientos de afuera. Ese aliento americano”.

Enseguida, Sozzi se encargó de presentar a la invitada. Lauría es profesora y licenciada en Letras, Mg. en Análisis del Discurso y Dra. en Lingüística. Además, es investigadora adjunta del Conicet y profesora regular del área de Lingüística (UNIPE). Se especializa en el estudio de los instrumentos lingüísticos del español y de las políticas del lenguaje en la Argentina y en América. Administra, junto a Diego Bentivegna, el Observatorio Latinoamericano de Glotopolítica.

“La glotopolítica no es una disciplina –comenzó Lauría–. Es una perspectiva de investigación interdisciplinaria, transdisciplinaria y, a veces, un poco indisciplinada. Eso es lo que tiene de interesante. Desde el punto de vista etimológico, puede entenderse como política del lenguaje”. La investigadora se refirió al lugar destacado que tuvo Elvira Arnoux, quien importó el término glotopolítica de la Sociolingüistica francesa y se lo apropió para pensar fenómenos latinoamericanos. Explicó Lauría: “La política lingüística trabajaba con las intervenciones sobre el lenguaje que surgían, sobre todo, de parte del Estado. El instrumento que estudiaba era la legislación lingüística. Arnoux extiende la mirada sobre los agentes que pueden llevar adelante políticas sobre el lenguaje (escritores, lingüistas, activismos, docentes, etc.) y reformula los instrumentos analizables (diccionarios, gramáticas, manuales escolares, etc.)”.

A continuación, se refirió al Diccionario Latinoamericano de la Lengua Española que está siendo organizado por el grupo de la Maestría en Estudios Literarios Latinoamericanos de la Universidad Nacional de Tres de Febrero (Untref): “Tenemos una mirada crítica hacia los instrumentos lingüísticos elaborados en España, fundamentalmente por la RAE, que son los hegemónicos. Cuando se analizan esos instrumentos, se ve que la lengua legítima que ahí se consigna está muy alejada de nuestros usos Es una norma elaborada en otro lugar, con otros intereses”.

Lauría observó que los diccionarios, más que un instrumento lingüístico, son instrumentos políticos: “Es muy difícil definir los límites lingüísticos, que no coinciden con los geográficos. De ahí lo interesante del diccionario como instrumento glotopolítico. ¿Qué tipo de identidad está configurando?”. Sobre el sintagma Lengua americana, reflexionó: “Es una idea. No es que efectivamente exista una. ¿Qué es? Las lenguas oficiales de los conquistadores, las lenguas indígenas, las lenguas de inmigración histórica y actual, las lenguas criollas, las lenguas de frontera, como el portuñol… Todo eso es la lengua americana”. Y concluyó: “Hoy quizá la lengua americana también esté relacionada con el lenguaje inclusivo, por ejemplo. Se puede enmarcar en esa tradición de disputa con España, con la lengua colonial”.    

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