El Taller de experimentación crítica con la literatura argentina (TECLA) de la Universidad Nacional de Hurlingham (UNAHUR) realizó su primer encuentro de 2023 en torno a la figura de la escritora Eduarda Mansilla. El evento tuvo lugar el 27 de junio en la Biblioteca Miguel Cervantes de nuestra universidad.

Claudia Torre, directora del Profesorado Universitario de Letras, presentó el encuentro: “Somos un equipo de investigación sobre literatura argentina que funciona en el marco de un proyecto PIUNAHUR financiado por la universidad. Vamos exponer lo que estamos trabajando sobre Eduarda Mansilla”. Además, adelantó que hay otras tres reuniones programadas para el año en curso. Integran TECLA la propia Torre; los docentes Marcos Seifert y Juan Pisano; la graduada de la UNAHUR María de los Ángeles Álvarez; y los/as estudiantes avanzados del Profesorado Universitario de Letras Federico Bini y Luciana Barrena (también becaria del Consejo Interuniversitario Nacional).

La coordinación del encuentro estuvo en manos de Pisano, quien introdujo las exposiciones de Barrena, Álvarez, Seifert y Torre. Por último, se abrió un espacio para el intercambio con los/as presentes.

Barrena comenzó con lapresentación de su trabajo Eduarda Mansilla: una mujer que contiene multitudes. “Estudio dos autofiguraciones de Eduarda –la de autora y la de madre– en una serie de sus cartas publicadas en diversos diarios y en el prólogo a Cuentos, libro que contiene sus cuentos infantiles”, especificó la primera oradora. Y agregó: “En el contexto del siglo XIX, analizo las tensiones que esas autofiguraciones generan en su obra y cómo la autora gana terreno por sobre la madre”.

Luego, profundizó Barrena: “El siglo XIX instituye un orden de lo doméstico que demarca los lugares de los cuerpos sexuados en la esfera social. Esas demarcaciones, en el mundo burgués, son límites fijos. Sin embargo, hay sujetos, como Eduarda, que traspasaron esos límites. Esta autora habló de algo vedado para sus congéneres: la política”.

En segundo lugar, Álvarez expuso los rasgos más salientes de su trabajo Eduarda Mansilla: la potencia de su voz como crítica literaria. “Exploro la dimensión crítica en esta artística polifacética”, dijo. Esa faceta crítica puede rastrearse en los numerosos escritos periodísticos de Mansilla.

“Hay un hecho fundamental que llama la atención –continuó Álvarez–. Cuando Eduarda vuelve al país, en 1879, trae un ímpetu creativo intenso para la intervención en la escena literaria porteña”. En esa época, la autora es nombrada miembro honorífica del Círculo Científico Literario, compuesto por jóvenes salidos del Colegio Nacional de Buenos Aires. Y subrayó la oradora: “Eduarda tiene la capacidad de ser un puente entre la tradición y las nuevas generaciones, porque tiene siempre una actitud de innovación que podemos ver, por ejemplo, en la introducción de la novedad de los cuentos infantiles en el Río de La Plata o en su incursión en el terreno poco consolidado del teatro argentino”.

Seifert, por su parte, comentó su análisis de los cuentos “Ramito de romero” y “Dos cuerpos para un alma”, ambos de la autora en cuestión. “Mi propósito –señaló– es poner en evidencia cómo en algunos cuentos de Creaciones (1873) ciertos elementos de la tradición literaria del gótico van a aparecer vinculados a los usos y figuraciones de lo afectivo y lo sentimental y a las construcciones sexogenéricas”.

El tercer orador sostuvo que “el gótico y su imaginario comúnmente están asociados por la crítica a una idea de desborde emocional. Ese desborde, en la resolución de los relatos, va a quedar sancionado por una concepción de amor doméstico, una afectividad funcional a la institución matrimonial”. Y aseveró: “En los cuentos de Eduarda aparece un uso irónico, distanciado del gótico, que ridiculiza el desborde de los hombres de sus relatos”.

Por último, llegó el turno de Torre, quien argumentó sobre su idea de una Eduarda estereofónica y mostró varias fotografías de la autora. “Nuestro proyecto PIUNAHUR –introdujo– busca trabajar el eje narración y Estado en la obra de los hermanos Mansilla. Sobre Lucio teníamos un montón de ediciones, de trabajos críticos, de antologías para escuelas. De Eduarda, teníamos mucho menos material”.

Luego, la directora del Profesorado Universitario de Letras destacó algunos hitos de la biografía de Eduarda, cuya existencia ocupó gran parte del siglo XIX (1834-1892). La escritora, sobrina de Juan Manuel de Rosas, atravesó el pasaje de la nación desde un escenario interno convulsionado hacia un país “moderno” inmerso en un orden internacional. “En Eduarda hay, sobre todo, dos canales muy fuertes que construyen esa densidad en su enunciado: la etapa rosista, la familia, la argentina criolla; y el país moderno, su proyección internacional, la escritora que baila con Víctor Hugo o con el conde de París”, observó Torre. Y concluyó: “La estereofonía es la reproducción del sonido a través de dos canales para que adquiera relieve acústico. Esto es exactamente lo que siento que sucede con Eduarda; su enunciación tiene un relieve estereofónico”.

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