Cuatro días a la semana, Damián Santillán se toma en Moreno un primer colectivo hasta Bella Vista o hasta San Miguel. Luego tiene que tomarse un segundo colectivo hasta Villa Tesei, para llegar a la Universidad Nacional de Hurlingham (UNAHUR). En total, viaja casi una hora y media.

Santillán tiene 21 años y cursa el tercer año del Profesorado Universitario en Educación Física: “Tengo otras ofertas mucho más cerca de mi casa, pero un conocido me comentó cómo era el trato en la UNAHUR y eso me llamó mucho la atención”, explica. Unos minutos más de viaje le alcanzarían, incluso, para llegar a la Ciudad de Buenos Aires, pero su opción fue otra.

“La experiencia que tengo en la Universidad –relata Santillán– es muy buena. Me gusta mucho el trato que nos dan los docentes, el rector, los no docentes y mis propios compañeros. La experiencia es gustosa, tanto académica como afectivamente”. Y agrega: “Sé que tengo que viajar una hora y media, pero encaro el día con ganas porque la Universidad me genera mucha comodidad y me llena”. Además, el estudiante relaciona su entusiasmo con el hecho de tener un proyecto a futuro.

Santillán no es el único que viaja más de una hora para llegar a la Universidad. Solo en su Profesorado, conoce dos casos más: “Hoy justo venía hablando con una chica que vive en Bella Vista, que también se toma dos colectivos. Hay otro chico que vive cerca de mi casa y hace un viaje similar al que hago yo”. Lo único que lamenta el estudiante es que la distancia y su trabajo (es empleado en un taller de herrería) no le permitan participar de muchas de las propuestas culturales que se organizan en la institución.

Si bien muchas veces se opina desde el prejuicio de las universidades más jóvenes, Santillán derriba ciertos mitos: “La calidad educativa me parece perfecta y creo que tenemos mucho para enseñarles a las universidades más tradicionales. Considero que el rector Jaime Perczyk nos transmite una propuesta totalmente inclusiva y eso hace que la educación de la UNAHUR sea realmente de calidad”. También se refiere al cuerpo docente: “Son personas muy preparadas. También contagian mucha energía y se nota que hacen su trabajo con ganas. Se esfuerzan para que el día de mañana podamos darles a los pibes las herramientas para construir una sociedad más inclusiva”.

El horizonte que imagina Santillán para su desarrollo profesional va mucho más allá de la formación de las nuevas generaciones en el área de Educación Física. “Creo –opina– que la mayoría de los estudiantes de la UNHAUR que conozco queremos cambiar el sistema educativo. Quizá, si nos hubieran acompañado más en nuestro paso por el nivel secundario, no tendríamos un gobierno de derecha como el actual o veríamos con más claridad los problemas sociales. Como futuro docente, busco que los problemas sociales, culturales y económicos que tenemos puedan evitarse a través de la educación”.

El estudiante considera que la Educación Física no debería ser ajena a la formación de ciudadanos críticos: “Cuando decimos que nos estamos formando para ser profesores en Educación Física, a veces nos dicen que lo único que hacemos es tirar una pelota. Yo lo veo distinto. Hay que buscar alternativas novedosas para tratar ciertos temas, pero a través del juego, por ejemplo, podemos darles herramientas a los pibes para que amplíen su panorama sobre la sociedad”.

@AAUNAHUR